jueves, 11 de abril de 2024

CARTA A MARIANA, CON FRASE COMITECA

Querida Mariana: comparto mi confusión. Algún experto en el idioma podrá despejar la duda. Anexo foto de una frase comiteca que está en el parque: “Hay hablamos compita”. Hablar no necesita aclaración alguna, se entiende perfectamente. Lo de compita podría exigir una explicación para quien no sabe que en Comitán al amigo le llamamos “compa”, y en el colmo del afecto usamos el diminutivo de “compita”. Lo que de pronto asoma como una duda gramatical es lo del verbo “hay”. ¿Se puede aplicar como mucha gente lo aplica, como se emplea acá? A mí me suena un poco no prestigioso, como si el ex presidente Calderón dijera: “haiga sido como haiga sido”. ¿Cuándo se emplea la palabra hay? Hay “viene” del verbo haber. Si reviso un manual de ortografía encuentro que “hay es una forma impersonal del verbo haber”. Perfecto. El mismo manual expresa que se usa para decir que existe una cosa. Ah, esto sí lo entiendo: hay pan, hay alegría, hay suerte, hay vida. Pero, también dice que se usa para “expresar una obligación, algo que tenemos que hacer obligatoriamente”. Ejemplo: hay que trabajar, hay que estudiar, hay que besarnos (claro, esto lo pongo como ejemplo, para que besés a tu novio, sin que sea una obligación, sino un placer). El manual sólo tiene estos dos usos, permitidos. ¿Cabe en la frase de la foto? No, no cabe. Pero he visto en varias ocasiones que muchos paisanos usan dicho verbo para decir, por ejemplo: “Hay nos vemos”. No, no, no entra, no cabe el uso de este verbo. ¿Entonces? Es que los comitecos, en forma oral, decimos “hay” nos vemos. Si revisamos el manual vemos que en español hay dos formas de decirlo: con hache y sin hache. Como todo mundo sabe que el ay (sin hache) es una interjección que se usa para expresar dolor, asombro, desesperación, evita su uso. Así vemos que no hay manera de expresar prestigiosamente este modismo comiteco, en forma escrita. Tal vez convendría (que Dios me perdone por decirlo, por escribirlo) poner la palabra entrecomillada: “a’i” nos vemos, porque así lo hablamos, porque ya vimos que si escribimos “hay” estamos contraviniendo la norma, por lo tanto (qué paradoja) nos vemos incultos. Claro que la forma prestigiosa, la que se usa en cualquier lugar del mundo castellano, es: “ahí nos vemos”; es decir, los comitecos queremos decir eso cuando decimos “a’i” nos vemos. No se trata de evitar nuestros modismos en forma oral, la pregunta es: ¿cómo trasladamos esta oralidad a lo escrito? Insisto, para que el mundo que lee los textos escritos por comitecos no piense que somos incultos, deberíamos escribir: “ahí nos vemos”, “ahí hablamos, compita”, porque, en último término, queremos expresar un lugar donde nos reuniremos para hablar, para platicar, para convivir. En el primer ejemplo bien podría omitirse la primera palabra, para dejarlo “nos vemos”, lo mismo podría suceder en la siguiente frase: “hablamos compita”. Claro que esto le quita el polvojuan a nuestro jocotío lingüístico. Lo que quiero dejar en claro es lo que han dicho los expertos, desde siglos: una es la forma de hablar y otra la forma de escribir. A veces es difícil llevar el lenguaje oral a lo escrito, la única forma es ajustando el lenguaje a la norma, cuando esto es imposible se coloca entre comillas, para explicar que en la comunidad el vocablo así suena; de lo contrario puede evidenciar ignorancia. Posdata: se habla de una manera y se escribe de otra. Lo oral es una ventana generosa, porque permite todos los excesos, incluso puede decirse que en los excesos está su riqueza, ese treparse a todos los árboles le da su originalidad; en cambio, el lenguaje escrito tiene un corsé que se aplica a todos, a fin de ser el código que comprendemos todos los lectores, cuando este código se altera el mensaje se ensucia, y todo se ve como el cuarto que no fue limpiado. ¡Tzatz Comitán!