martes, 23 de abril de 2024

CARTA A MARIANA, EN CASA DE TÍO BELIS

Querida Mariana: hubo muchas críticas, pero un día (bueno, una noche) dedicamos una serenata en memoria de Belisario Domínguez. Una noche antes de su cumpleaños llegó la marimba, la colocaron en el zaguán, y los ejecutantes, bien trajeados, esperaron la llegada de los invitados. Alguien me preguntó, cuando se anunció la serenata: “¿es en serio?” Por supuesto que era en serio, ¡fue en serio! Llegó gente, unos por vivir la experiencia de ese acto inusual, y otros por el morbo, para pepenar hilos para la crítica y el chisme. Ofrecimos bebidas calientes (sin piquete), tapizamos el piso con juncia fresca y, cuando hubo una asistencia respetable, los marimbistas acariciaron las teclas con los bolillos. La Casa Museo se llenó de notas musicales. Una pareja preguntó si podía bailar, y la respuesta fue inmediata: claro que sí, era guateque, celebrábamos el nacimiento de tío Belis, en su tierra, en su casa, con la gente del pueblo. Sí, hubo críticas. Nunca se había hecho un acto similar. Siempre se había celebrado su cumpleaños con actos protocolarios, la corona de flores ante su busto, el discurso oficial y las fotografías de los personajes importantes. ¿Serenata? Sí, le llevamos marimba una noche antes de su cumpleaños. La última pieza del repertorio fue Las Mañanitas: despierta, Belis, despierta, mirá que ya amaneció. Mentira. Apenas eran las nueve y media de la noche, pero ya se antojaba el siguiente día, el de su cumpleaños, el día del protocolo, el de traje y corbata. Al final de la serenata, una señora se acercó y dijo que él espíritu de Belisario debió estar contento. Claro. Uno de los conceptos que definió la vida de Belisario fue ¡la alegría! La alegría unida a la virtud, al trabajo y al estoicismo. Esa noche hubo alegría, bailongo, plática sabrosa y coro. Nunca más he escuchado que en la ceremonia protocolaria se le cante las mañanitas para celebrar su cumpleaños, todo se va en discursos con palabras rimbombantes. Ahora que recordé la serenata, niña mía, en cortito le canto sus mañanitas, porque sé que en el acto oficial no lo harán: estas son las mañanitas que cantaba el Rey David, hoy por ser día de tu santo… Posdata: Belisario Domínguez Palencia nació el 25 de abril de 1863, en Comitán, ciudad que hoy, en su honor, se llama Comitán de Domínguez. Pucha, ¡nadita! Seguiré insistiendo. Vuelvo a decir que Belisario Domínguez debe tener presencia en el parque central de Comitán, como la tuvo antaño. En los años setenta estuvo la monumental estatua, pero antes hubo un busto y en un momento estuvo la que ahora está en el interior del palacio municipal. Es incongruente, por decir lo menos, que en la ciudad que lleva su nombre no exista su presencia en el corazón del pueblo. ¡Tzatz Comitán!