lunes, 27 de agosto de 2007

Casi el Paraíso

"¿Y cómo está Comitán?", pregunto cuando hablo por teléfono con algún afecto de allá. Y como lo usual es hablar del clima, el afecto, invariablemente, dice: "Bien, acá es la tierra de Dios".
Algo tiene Comitán que nunca ha sufrido embates mayores. A veces, y esto duele, alguna "culebra de viento" pasa y hace destrozos en la periferia o en algunas comunidades cercanas al pueblo. Pero no sucede mayor cosa. Algún valiente coge el machete, sale al patio, azota el machete contra el suelo, hace una cruz en el viento y así realiza un contraconjuro que cancela la amenaza. La culebra de viento cambia de piel.
La historia consigna las fechas en que ha "caído ceniza". Tal vez este fenómeno sea el que más inconvenientes ha causado en las casas comitecas. Pero no hay noticia de algún seísmo (la palabra suena medio mamila, sólo la consigno acá para decir que también se acepta como sinónimo de la palabra "sismo" que empleamos con más frecuencia). No hay noticia de que el río "grande" se haya salido de cauce ocasionando una severa inundación. El viento es una liana de selva pero nunca ahoga a Comitán.
En efecto, Comitán es la tierra de Dios. Todo mundo alaba la generosidad de su clima. Pero Comitán no es sólo su clima, sus nubes y sus calles. Comitán es, sobre todo, su gente. Y acá el pueblo ya no está tan bien.
El afecto me dice que, en franca negación del cuento de García Márquez, "en este pueblo SÍ hay ladrones". El monstruo de mil cabezas también tiende redes en el pueblo; es decir, el cielo de Comitán sigue siendo diáfano, pero algunas nubes comienzan a empañarlo. Y el problema es que este monstruo es más nefasto que mil "culebras de viento". No hay machete que pueda convocar a la armonía.
La delincuencia y la corrupción es el mítico árbol del bien y del mal. Cualquier humano puede caer en la tentación de aceptar la manzana.
"¿Y cómo está Comitán?"
Comitán es casi el Paraíso. Tal vez sea conveniente no olvidar el mandato de Dios: "Puedes tomar cualquier fruto, menos aquel que está suspendido en el árbol del bien y del mal".