martes, 21 de agosto de 2007

¿Y si hemos estado equivocados?

La cultura de Comitán, como la de cualquier pueblo del mundo, tiene influencia ajena. Gente de muchas partes del mundo ha llegado a radicar a Comitán. Pero, sin duda, el pueblo que más ha influido es el pueblo tojolabal. Ambos pueblos han sido vecinos desde hace siglos.
A finales de los años sesentas del siglo veinte una pareja de alemanes con dos hijos llegó a radicar a Comitán. Vivieron allá durante varios años. Su estancia permitió que Carlos Lenkersdorf, en el año de 1979, escribiera un diccionario tojolabal-español.
Muchas palabras que se usan en el habla diaria de Comitán tienen acusada influencia tojolabal. "Cotz", tal vez la palabra más famosa de Comitán tiene su origen en dicho idioma.
En el libro de "Arcaísmos" de Óscar Bonifaz y en el libro "Glosario" de José Luis González Córdova se da cuenta de dicha influencia.
José Luis González Córdova dice: "COTZ. Toj; acto sexual. Guajolote (tzot; cots: gallo)".
Durante años y años, la palabra Cotz ha aparecido escrita en paredes de casas, en divisiones de madera de baños públicos, pupitres y pizarrones de escuelas.
La maestra Carol, de origen estadounidense, daba clases de inglés. Un día, uno de los alumnos escribió "Cotz" en el pizarrón. Ella, que desconocía tal palabra y desconocía la picardía de los comitecos, preguntó qué significaba tal palabra y un alumno dijo que significaba "Felicidad", Carol sonrió y dijo a todo el grupo: "Entonces, cotz parrra todos".
Pero sucede que, según el diccionario de Lenkersdorf, la letra "C" no existe en el alfabeto tojolabal. Todo aquello que suena a "C", Lenkersdorf lo consiga con "K".
¿No será entonces que hemos vivido en el error?
Escribimos México y no Méjico por nuestra herencia náhuatl. ¿No será que por la herencia tojolabal deberíamos escribir KOTZ en lugar de hacerlo con C?
Tal vez Amín Guillén Flores, estudioso de la lengua, pueda dar luces al tema.