miércoles, 22 de agosto de 2007

Los monólogos de la inteligencia

Sucedió algo impresionante. Hace unos días el Coneculta Chiapas dio a conocer los resultados del Certamen de monólogos a nivel estatal. La mayoría de concursantes fue comiteca. Las comitecas Rosa Hortensia Aguilar Trujillo y Teresa de Jesús Melgar Figueroa obtuvieron el primero y tercer lugares, respectivamente.
¿Qué lectura debemos hacer ante este fenómeno? ¿A qué se debe que en Comitán prolifere de tal manera esta técnica de representación teatral?
No tengo los antecedentes, pero asumo que Rosa Hortensia (actriz excelente) tiene mucho que ver. Sé de su afición por esta técnica y de su entrega y compromiso. La obra que representó en este certamen es una obra que ha estado trabajando durante varios años. Asumo que su representación debe tener ya el grado de excelencia que le permitió obtener el triunfo. Tal vez ella contagió a los demás o estos se contagiaron de algo que, sin duda, no es casual. En alguna parte existe la semilla y parece que la cosecha comienza a ser muy fructífera.
Sucedio algo impresionante. Cuando leí la nota recordé, de inmediato, a Carlos Ancira y su representación del "Diario de un loco" de Gogol, que por más de veinte años realizó en teatros de la ciudad de México y de otras partes del mundo.
El monólogo es intenso y riesgoso. Dentro de las artes escénicas es lo más parecido al cuento en la literatura. Un ligero trastabilleo hace que el cuento se caiga, lo mismo sucede en la puesta en escena de un monólogo. El actor debe estar, durante toda la representación, con un nivel de actuación que no permite ningún titubeo. Escribir un cuento redondo ¡es muy difícil! Representar un monólogo a nivel de excelencia ¡debe ser muy difícil!
Los críticos de todo el mundo reconocieron la capacidad de Ancira. Muchos periodistas le preguntaron cuál era el secreto para lograr la atención permanente del espectador.
¿Cómo es posible sostener el mundo con un simple punto de apoyo? ¿Cuál es la palanca?
Sucedió algo impresionante. Cuando leí el acta del jurado del Certamen y leí los nombres de tantos comitecos participantes pensé en un prodigio. Nada es casual. No es casual que los actores comitecos se presenten ya como un grupo que trabaja con pasión el monólogo teatral.
El monólogo posee la ventaja del ahorro de escenografías y de escenarios complicados. Sé que esto es algo que los actores comitecos han tomado en cuenta, pero también intuyo que hay algo más. La forma de ser del comiteco está implícita en esta inusual afición. Por un lado, el comiteco no es hombre que haga equipo fácilmente; por otro lado, el comiteco es un hombre que siempre está dispuesto a tender la mano. El actor de un monólogo debe reunir ambas cualidades: se planta solo en el escenario y sus lluvias son internas pero compartidas.
Sucedió algo impresionante. Por obra y gracia de estos actores Comitán ya se volvió el referente de la representación de monólogos en Chiapas. ¡En buena hora!
Un abrazo a cada uno de los actores participantes y uno especial a Rosa Hortensia. Creo que el lugar de Rosa Hortensia no está en una silla de Dirección sino en la nube del escenario. Desde ahí hace más bien al mundo.