viernes, 24 de agosto de 2007

La edad de piedra

Los hombres cargan un peso. Los hombres siempre miran hacia abajo, patean piedras y las levantan. No saben que al levantar piedras incrementan su carga. Los veo caminar ya doblados, como pegados al suelo.
Por esto, los poetas son pocos. A los poetas los veo caminar ingrávidos, casi casi como si levitaran.
Muchos que escriben se dicen poetas. Es bueno que haya muchos escritores. Un número creciente de escritores no hace daño. Los que se dicen poetas no causan daño, lo único que hacen es colocar una piedra más sobre el espíritu doblado de los hombres. No pasa nada. Un grado de más o un grado de menos no hace la diferencia en el ángulo de miseria que cargan los hombres.
Por esto, los poetas son pocos. La verdadera poesía es como una nube o como un hilo de viento.
Sé que hay más, pero yo, por cuestiones generacionales, tengo preferencia por algunos poetas chiapanecos. Hoy mencionaré a cuatro. ¡No más! Un día de estos abriré la ventana y descubriré otras nubes en el cielo.
No están todos los que son, pero los que están ¡sí son! Marirrós Bonifaz, Gustavo Ruiz Pascacio, Carlos Gutiérrez Alfonzo y Leticia Bonifaz Alfonzo.
A ellos siempre los he visto caminar con una alforja liviana. En su camino levantan piedras pero no las asumen como propias, las trituran y las convierten en algo que es como una flama.
Tal vez a los hombres les convenga hacer una pausa, abrir el costal, sacar una piedra de las que cargan, sentarse sobre ella, abrir un libro y descubrir que se puede mirar hacia arriba.
Como siempre caminan viendo el suelo, los hombres no saben que también en la tierra hay algo que se llama cielo.
El poeta Carlos Gutiérrez, oriundo de Comalapa, tiene una página electrónica en donde "cuelga" fotos de cielos.
Ayer abrí su página.
Por si alguien ya está fastidiado de mirar el suelo, coloco el enlace:
www.flickr.com/photos/10130243@N05/