miércoles, 22 de octubre de 2008

Ariel y su luz


FOTO DE ARIEL SILVA
Dentro de tantas regulares, ¡una noticia buena en México! El artista Ariel Silva expondrá su trabajo fotográfico en el Museo de Arte Hermila Domínguez de Castellanos, en Comitán, durante el mes de noviembre. En cuanto esté cercana la fecha pongo un recordatorio en este cuaderno de apuntes.
¿Cómo justifica Ariel esta propuesta? Acá paso copia de lo que dice Ariel:

Máscara-Nahual



Ariel Silva





Leyendo uno de los textos de un psicólogo más o menos famoso, llamado Gilbert Brenson, sobre máscaras, claro, pude ver las extensas posibilidades del tema resumidas en las siguientes líneas:



"Cada vez que me pongo una máscara para tapar mi realidad, fingiendo ser lo que no soy, fingiendo no ser lo que soy, lo hago para atraer a la gente.


Luego descubro que sólo atraigo a otros enmascarados, alejando a los demás, debido a un estorbo: la máscara. Uso la máscara para evitar que la gente vea mis debilidades; luego descubro que al no ver mi humanidad, los demás no me quieren por lo que soy, sino por la máscara."



A todos los enmascarados que he retratado sin duda los hice sentir importantes como, tal vez, en un día cualquiera no suelen sentirse. Ahí, danzando en la plaza central del pueblo, en grupo, o solos pero siempre en armonía, ellos se sentían aceptados, que estaban formando parte de algo; felices, de algún modo.



En ese momento esa era la función que estaba cumpliendo la máscara: consolante, aliviadora de penas, de desdichas. Cumplía una función catártica también, expiando todo eso acumulado a lo largo del año y dejándolo salir en forma de fiesta.



Cuando me di cuenta de esto me interesé todavía más en el tema y decidí seguir haciendo sentir importante a la gente, retratándolos, documentando eso que llevaban sobre la cara que los hacía tan diferentes a como fueron los días anteriores y como serían los días siguientes.



Recuerdo que siempre, o casi todas las veces, que me desplacé a algún pueblo a cubrir su fiesta, llevé conmigo problemas. Pero al momento de llegar y de empezarme a involucrar, todo lo acumulado en mi cabeza iba saliendo de ella como si los primeros cohetes de la mañana, las campanadas de la iglesia principal o los gritos de la gente, asustaran los malos pensamientos. Entonces pude decir que esas máscaras que portaban extraños y que yo nunca usé también cumplían en mi cierta función: la de hacerme olvidar.



Además de esto, es decir, de la relación que guardan las máscaras con sus portadores y la que desarrollaron conmigo, está el valor estético que siempre he admirado de ellas.

Los colores, las líneas que las cruzan, los relieves que les dan forma, los materiales que las componen, la mezcla de diseños, las piezas y los accesorios que las complementan. Todo hace que cada una tenga personalidad propia, vida propia, y sea, al fin de cuentas, un objeto animado que pareciera escoger a su dueño, como si de un nahual se tratara.




--
Ariel Silva