martes, 16 de diciembre de 2008

Papel de china



El maestro Jorge escribió que le gusta el papel de china por el ruido que hace al tocarlo. Tiene razón, pocos papeles como el de china. Cuando uno arruga un papel de china es como si caminara sobre un camino lleno de hojas secas. ¿Será que el papel de china es un papel de otoño? A diferencia de las hojas que caen del árbol en otoño el papel de china nunca está seco, al contrario, es un papel lleno de vida.
Hace muchos años Paco Flores tuvo la genial ocurrencia de editar una revista que llamó "Papel de China". Por desgracia dicha revista no vivió más de tres o cuatro números, pero los que lograron sobrevivir son hoy árboles muy fuertes y más que el fondo es la forma lo que a Papel de China lo mantiene viva.
Garrido Canabal, aquel famoso gobernador tabasqueño que impulsó la persecución religiosa ¡también amaba el papel de china! El viejo perverso construyó una casa en medio de la selva, en un lugar maravilloso con ríos y cascadas. Hasta ahí volaba en su avión que se llamaba "El guacamayo". Invitaba a sus compas y para cada uno de estos (y para sí también) llevaba dos mujeres. Al llegar a la casa daba la orden de que las mujeres se pusieran unos vestidos de papel de china confeccionados con antelación. Los hombres, mientras tanto, echaban trago y desmadre al lado de la alberca. Cuando las mujeres aparecían los hombres apreciaban esas delicadas prendas confeccionadas con ese papel que en su nombre tiene marcado el misterio. Garrido Canabal daba dos palmadas y las mujeres entraban a la alberca, luego las urgía a salir, ¡todas salían desnudas!
Eso tiene el papel de china ¡no soporta el agua! Es el papel más frágil ante el embate de la gota. Incluso tiene el poder extremo, a veces provoca el llanto ante el espectador que se acuerda de cuando era niño y jugaba con papalotes hechos con papel de china. Los hombres también somos frágiles. Somos los seres vivos que nos deshacemos al contacto con el agua, con el llanto.