lunes, 13 de diciembre de 2010

ARENILLA PARA ALEJANDRA LAGUNA IRECTA (publicada en El Heraldo de Chiapas, el 13 de diciembre de 2010)



De niña la llevaron al mar. Quiso ser mar, ser gaviota, ola juguetona sobre los acantilados. Pero cuando conoció los Lagos de Montebello modificó su vocación. Quiso ser color, ser polvo de luz, cristal de azul turquesa.
“¡Ah, no me jodás -le dije- ¿es en serio lo de tu apellido?!”. Me dijo que sí, que su apellido era Laguna, y cuando lo dijo algo como un viento de agua apareció en el corredor de la Casa de la Cultura. Conocí a Alejandra hace ya varios años, ella estudiaba en el CBTis 108. Así como la vi esa tarde, la sigo viendo: ¡llena de vida, de viento, de polvo de luz!
Lejos está la tarde en que soñó ser mar; lejos está su deseo de agua salada. Ella es territorio de agua dulce, esencia de pino y bugambilia.
Cuando la conocí jugué con ella. Si sos Laguna ¿qué pez en tus aguas? Y ella me dijo que sólo sirenas. Y vi a sus compañeros atarse al palo de la barca para no caer rendidos ante su influjo, porque Alejandra tiene el don de cautivar; es como un moderno profeta que avienta las redes para pescar esa materia intangible que se llama vida, ¡ella es vida!
Existen mujeres que anhelan ser cielo, nube, Sol o mar. Ale ya nació laguna de agua clara. Acá, para los lectores de El Heraldo de Chiapas, un poco de luz de la Laguna, sólo para que se metan tantito al agua de su cuerpo y de su espíritu.

1.- ¿Cómo seduce la madrugada a la ventana?
Con los primeros rayos del sol… con esos mismos rayos que se cuelan por mi ventana.
2.- Aparte del alcohol, ¿con qué, un amado, puede abrir el deseo de su muchacha?
¡Con las manos! Con una tentadora caricia, recibida con nerviosismo y deseo. Con un suculento beso: deseado, esperado, sorpresivo, amado… cachondo.
3.- ¿Cuáles son los tres pasos elementales para llevar a una muchacha virgen al altar del deseo?
‘Uta! Qué difícil contestar eso. Imagino principalmente el deseo: de tenerla (o), tocarla (o), saborearla (o); luego la sinceridad de compartir el momento, el deseo ¡pues! Y finalmente… la entrega. Entregarse con los dos elementos anteriores, sin excusas ni pretextos. ¡No hay más!
4.- ¿Cuál es la palabra que más te remite a los instantes más felices?
Compartir. Compartiendo he disfrutado a mis amigos. Compartiendo he amado a mi pareja: en tiempo, en deseo, en cariño, en entrega… en este rubro pueden surgir muchos adjetivos, jajajajajajajajaja. Compartiendo conmigo misma el atardecer que me encanta desde de mi casa, la música que disfruto generalmente con una cerveza, un vino o un tequila… compartir con mis afectos lo que más me gusta… eso me hace feliz.
5.- Si estás con tu amado en la cama, ¿en qué parte de tu cuerpo te gustaría que te hiciera el tradicional movimiento que se hace al tomar pozol? ¿Por qué?
Jajajajajajajajaja… ¡En las caderas! Ya está todo dicho… No necesitamos más explicación.
6.- ¿Con qué cinco elementos harías el programa ideal de radio para compartir con los amantes?
El orden de los factores no altera el producto:
1. Buena música (me encanta el jazz, así que me parecería que es un buen elemento).
2. Lectura sugerente.
3. Un buen acompañante (masculino o femenino) que le entre a la imaginería.
4. Un súper buen productor (a) que entienda el mensaje a entregar en cada emisión.
5. Radioescuchas dispuestos a dejarse seducir a través de la radio.

7.- ¿Con qué conjuro logras que el viento sea como un gatito sobre el sofá?
¡No tengo ni la menor puta idea, vos!
8.- ¿En qué instante el cielo lleno de nubes pierde su condición de viejo enojado?
En los minutos en que el sol se despide y comienza a asomarse la luna.
9.- Di tres sustancias que te gusta untar en tu cuerpo para alimentar el deseo de tu amado.
Se me ocurre algo que no es necesariamente “sustancia”. Me puedo untar una buena lencería (casi nunca falla… ¡Ojo! Dije: “Casi nunca falla” Depende mucho con quién estés.) Una piel tentadoramente suave, acariciable… Y… ¿Sólo eso? Pa’ qué más si puede tenerlo todo sin limitación.
10.- Di tres sustancias que tu amado debe untarte en tu espíritu.
¡Aaaaaaaaaaaahhhhhh! En mi espíritu es diferente. Mi espíritu necesita amor – deseo, confianza – sinceridad, entrega. ¿Eran tres, verdad? Bueno, se me ocurre esto.

(Alejandra Laguna Irecta, es hija de René Laguna y de Flor Irecta, y madre de Emiliano. Es Licenciada en Ciencias de la Educación; locutora y productora radiofónica. Actualmente conduce un programa en Radio IMER-Comitán).