miércoles, 29 de febrero de 2012

LIGERAMENTE TÓXICO




¿Ligeramente peligroso? ¿Para el cuerpo o para el espíritu? Ligeramente Tóxico es el grupo musical de rock-fusión alternativo. Y escribo “el grupo” porque muy pronto será la banda musical más importante de Chiapas, así lo vaticina su primer disco.
El grupo lo conforman cinco chavos. El otro día tuve la oportunidad de conocer a cuatro de ellos. Llegaron a la Universidad donde laboro, porque, en la noche, tocarían en la Disco Silver. Al principio los traté de lejitos, por aquello de la toxicidad, pero después, ya con la confianza del trato, supe que la posibilidad de peligro está en volverse dependiente de su música y de su talento. Este contagio es como cuando uno se expone al agua del mar o al viento que baja de la montaña.
Paty puso el compacto en el carro, mientras íbamos de la Universidad a la casa. A ella le gusta el pop, pero, en cuanto oyó la primera canción, dijo: “Suenan bien”.
Fue lo mismo que dijo Jorge (Jorge Luis Meza Domínguez – vocalista) cuando escuchó a Gustavo Aranda (guitarrista) y Paco Narcia Castillo (bajista), iniciadores del grupo. Gustavo cantaba y cantaba como, dicen, cantan los ángeles mudos detrás del coro. ¡Al grupo le hacía falta una voz con armonía y personalidad! Por esto, Jorge les propuso ser el vocalista. Paco y Gustavo (en buena hora) ¡lo aceptaron!, claro, después de hacerle un casting. Más tarde se integraron Alejandro Rustrián (guitarrista y desmadroso número uno del grupo) y Pedro Avendaño Martínez (casi casi como decir el mejor baterista de todo el sureste de México).
Jorge, el vocalista, es quien derrocha más personalidad. Bueno, dirán sus compañeros: es el de mayor edad, la liana más fuerte del árbol. Jorge fue quien más platicó esa mañana. Contó que su primer disco lo presentaron el 17 de noviembre de 2011, en el Bar Bios, de Tuxtla y, desde entonces, han realizado una serie de presentaciones en las principales ciudades de Chiapas.
Optar en la vida por ser músico no es una decisión fácil. Subir a la cumbre del Everest no es labor sencilla; la montaña tiene muchos acantilados donde es fácil quebrarse un pie, resquebrajarse el alma. Ligeramente tóxico está consciente de ello. Ante la adversidad y la dificultad de saltar sobre tapias impuestas por la mercadotecnia que hoy impone gustos musicales chabacanos, los ligeramentetóxicos avanzan con su entusiasmo y su propuesta musical.
Pedro dice que ensayan en su casa. Ahí, en el garaje o en la sala o en la recámara de sus papás (¡vayan ustedes a saber!) escriben y musicalizan los textos.
Todos los integrantes son chiapanecos y, orgullosos, comentan que el primer disco también es un producto totalmente chiapaneco, pues toda la factura fue realizada por chiapanecos en tierras chiapanecas (claro, esto es como el café cuyo empaque está hecho en el extranjero, porque luego dicen que la maquila de los compactos fue hecha en Los Ángeles, California. Bueno, los que saben de vainas musicales saben que esto es garantía de la calidad del producto).
Les pido que me den el título de una de sus rolas y Jorge dice: “No me dejes volar”. Digo entonces que el título es sugerente. ¿Me pueden dar dos o tres líneas? Jorge, a capela, canta unas líneas: “¡Abrázame fuerte, tan fuerte que no pueda volar! Cubre con tus alas mis heridas y déjame amar...”. Ahí está una pequeña nube para advertir el cielo. Yo espero que sus fans abracen fuerte a este grupo de jóvenes, tan fuerte, tan fuerte, que les permita volar, volar muy alto, tal como se merece su entusiasmo y vitalidad. ¡Chiapas reconoce a sus artistas chiapanecos!