sábado, 11 de agosto de 2012

CARTA A MARIANA, DONDE SE CUENTA CÓMO HAY ROSARIOS DE ESCASOS CUATRO MISTERIOS




Querida Mariana: Angélica Altuzar Constantino, comiteca y actual Conecultera Mayor, dio a conocer el programa del Festival Internacional Rosario Castellanos. Sólo cuatro días durará tal Festival, sólo cuatro días (del 16 al 19 de agosto). Bueno, parece que en esta ocasión se cumplirá aquello de que es mejor calidad a cantidad (aunque es de lamentar que cada vez le bajan más y ya está convertido en Festivalito). Ojalá que el Festival retome el camino que extravió en ediciones pasadas. Marvin Lorena Arriaga, paisana también, anterior directora de Coneculta-Chiapas, nos trajo a la Sonora Santanera y a Carlos Cuevas, mientras que Angélica trae a Lila Downs. ¡Uf, parece que Angélica está mejor encaminada! Sin duda que los comitecos disfrutarán las actuaciones de artistas de mejor nivel. Cuando tuve oportunidad de platicar con Marvin le dije que no se valía que a un Festival con pretensiones de promover el arte trajera a un cantante de boleros que bien podemos escuchar en un palenque de segunda en feria popular. Y no significa que Carlitos Cuevas no haga cultura (recordá que cultura es todo lo que hace el hombre), pero pareciera que medio mundo está empecinado en promover sólo las vocecitas que Televisa y Teveazteca difunden. ¿Qué no hay más? He disfrutado, como muchos más mexicanos, la voz educada y sabrosa de Carlitos Cuevas interpretando boleros tan arraigados a nuestra cultura. Pero uno aspira a conocer otras propuestas, algo que esté más encaminado a la llamada alta cultura (aunque, ya de entrada, puedo decir que nuestro Festival volverá a carecer de ello).
En un reciente artículo que publica la revista “Letras Libres”, el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa acerca la llaga al dedo y advierte que la alta cultura está en crisis (tal tema lo aborda Vargas Llosa más en extenso en un libro con título “La civilización del espectáculo”, editado por Alfaguara). Los poderosos han convertido al arte en un espectáculo y ahora un buen porcentaje de población se conforma con lo inmediato. En los conciertos musicales vemos que los jóvenes se maravillan ante el despliegue de recursos tecnológicos (casi casi diríamos: ¡explosión de fuegos artificiales!). Tales efectos especiales ocultan la mediocridad, porque advertimos que ya no se privilegia el arte del sonido. ¿Canta bien la famosa Paulina Rubio? ¡Quién sabe! No podemos decirlo porque, por encima de su voz aparece la maravilla del sonido tecnológico y de los efectos especiales. Sería aleccionador sentarse en la sala de la casa de ella y decirle que se echara un “solito”, así a capela, como para irla calando. ¿Canta Lila Downs? ¿Es una verdadera intérprete? Pues para quien lo dude le bastará ir al parque central, la noche del domingo 19 de agosto y comprobar que, a pesar de todo, aún hay ojos de agua donde el agua mana pura y transparente.
Parece que ahora este Festival permitirá subir un escalón y sin alcanzar la calidad de un Festival propositivo en terreno del arte (como el Cervantino) caminará mejor y permitirá que los jóvenes de este pueblo se acerquen a otras propuestas musicales (ya de Paulinas y de Pandoras quedamos dorados y pandos, ahora con la feria). Claro, las ferias populares sí justifican la presencia de cantantes hechos al vapor, porque todo es parte de la vida y si andamos bebiendo micheladas pues no es recomendable oír un disco donde Von Karajan dirija una sinfónica. Para meterse unos “pitutazos” de ron o de güisqui se antoja escuchar al Alejandro Fernández, por ejemplo, pero para alimentar el espíritu, a la hora del té, en una tarde sosegada, pues como que va mejor escuchar un disco del chelista Yo-yo ma (for instance).
¿Qué promete la programación del Festival? En el “facebook” hallé el cartel de promoción. El Festival promete literatura y espectáculos infantiles, artes visuales y plásticas, talleres, cuentacuentos, feria del libro y de la lectura, música y más actividades culturales.
Cuando Angélica fue Directora del Centro Cultural Rosario Castellanos, acá en el pueblo, abogó siempre porque la figura de Rosario estuviera presente en el Festival, de manera relevante. Imagino que ahora que anda de picuda del llamado sector cultural, en gobierno del estado de Chiapas, hará realidad su ideal.
La otra mañana un afecto llamó y me dijo que sintonizara la XEUI, porque Paco Ruiz Vera hablaba de libros, a propósito de la Feria que montan en el parque, en estas fechas. Como estaba en mi chamba no alcancé a oír lo que decía Paco, pero mi afecto me dijo que el conductor de radio criticó la pobreza de la llamada Feria del Libro. ¡Pues sí, si Paco dijo eso, yo coincido con él! Cualquiera dirá que nada nos gusta y todo nos puede. “¡Tras no basta!”, dijera la tía Consuelito. Vos sabés que soy amante de los libros y que siempre he deseado que en Comitán nos topemos con libros a cada rato. Bueno, ¿qué no esto sucede ahora en el parque central? ¿No cientos de libros acuden al encuentro con los caminantes? ¿No es la Feria una manera simpática de acercar los libros a la gente? ¡Pues sí! Pero (ah, qué criticón me he vuelto últimamente) hay de formas a formas.
No sé si fuiste a las instalaciones de la Feria del Pueblo 2012. Fui un día antes de la inauguración. Sabés que a mí no me gustan esos tumultos (así es mi de por sí), pero respeto mucho a las personas que disfrutan ir a mirar vacas y toros en medio de las tortas de caca; respeto mucho a las personas que les gusta jugarse la vida trepando a los desvencijados juegos de Atracciones Vaquerizo; en fin, respeto mucho a todos aquéllos que no son como yo. Fui para tomar algunas fotografías que subí a DIEZ, la Revista Digital de Comitán. ¿Qué hallé? ¡Ninguna novedad! Los mismos puestos que reflejan una gran tristeza y miseria. Los “stands” cubiertos con lonas sucias, con estructuras de madera despintada o con tubulares oxidados. ¡Dios mío! ¿Quién come esos pedazos de pizza que están expuestos todo el día a la suciedad del mundo? ¿Quién permite que niñas de dieciséis o diecisiete años caminen, con la mirada extraviada, tatarateando por los andadores con el vaso de cerveza en mano?
¿Has visitado alguna vez el stand que promueve los libros editados por Coneculta-Chiapas, en la Feria del Libro? ¿No? El stand es atendido por empleados coneculteros que, casi siempre, cabecean sentados en sillas (bueno, eso de sentados es un decir, por lo regular andan desparramados). A leguas se les nota el fastidio. Claro, ellos darían su vida por andar caminando, disfrutando este maravilloso pueblo, en lugar de estar como león en zoológico o como canario en jaula. Si vos te acercás y preguntás algo, ellos titubean, porque, en efecto, no saben, no saben ni qué cosa ofrecen. Tal vez ellos (sólo digo que tal vez) no son grandes lectores. ¿Cómo es posible que unos compas que no aman los libros tengan como cometido la promoción del libro?
¿Has visitado alguna vez el stand que promueve los libros editados por Coneculta-Chiapas? ¿No? El stand ocupa una carpa sucia y los libros (con portadas gastadas y poco atractivas) están colocados en estantes torcidos y despintados. ¡Dios mío! ¿Así promueven a los artistas y creadores chiapanecos? ¿Así promueven los productos que hacen?
La Paty dice que soy un ingrato (lo clásico de “Tras no basta y contimás”). Vos sabés que la Marvin hizo “favor” de publicar mi novelilla “Yo también me llamo Vincent”. Cuando subí la edición digital al Internet lo hice con una portada bien bonita, que yo mismo hice y eso que soy medio mudo para el manejo de sofisticados chunches electrónicos. ¿Viste la portada que le hicieron a la edición en papel que publicó Coneculta-Chiapas? ¿Lo viste? Dios mío, el título y el nombre del autor están perdidos, no se ven. Casi casi como si la consigna fuese: ¡que no se distingan el nombre del autor y el título para que no se venda! Supongo que en el Departamento Editorial de Coneculta-Chiapas existe gente profesional, que gana buena lana cada mes, cuya única misión es diseñar las portadas, haciendo que éstas sean atractivas. Bueno, pues la portada de mi librincillo terminó igual que el stand donde promueven sus productos (y no critico la viñeta que ilustra la novelilla. No, no. Critico el diseño tan soso, tan lleno de fastidio, tan plagado de desidia, tan poca madre). Sí, sí, ya sé que la Paty ahora estará pensando que soy un ingrato y un malagradecido. ¡No! Digo lo que digo porque los funcionarios públicos deben saber que es una pena ver la indolencia con que trabajan; se trata de decirles que no es justo que amen a Chiapas de manera tan escasa. ¿Estará a la venta mi novelilla ahora en esta Feria, en el stand de Coneculta-Chiapas? Iré a checar y ya te contaré en otra carta.
Posdata: Si Coneculta-Chiapas tuviese un poco de dignidad debería arreglar su stand, presentarlo de manera atractiva y con orgullo por los libros que edita. Si Coneculta-Chiapas cumpliera con su encomienda debería alentar el encuentro de escritores chiapanecos con el público. Esta carta te la escribo antes de la inauguración de la Feria del Libro, aún no he ido al parque, pero, casi estoy seguro, el stand de Coneculta será el mismo espacio con cara de pájaro triste que siempre ha mostrado. De perdida deberían colocar como edecán a una muchacha bonita (como esas Chicas Sol que vinieron a la Feria y que intranquilizaron los cuerpecitos de los comitecos varones) y a un muchacho guapo para que las niñas se acerquen y toquen (los libros). Ya sé que en el stand estarán tipos cansados, con pocas ganas de hacer lo que se tiene que hacer.
¿Sabés cuántas librerías existen en México? 500 librerías. ¿Sabés cuántas librerías hay en Argentina? ¡Dos mil seiscientas librerías! La población de México es, más menos, de ciento doce millones. La población de Argentina es, más menos, de cuarenta millones. ¿Mirás la diferencia? Es una pena, pero la mera verdad es que por eso estamos jodidos. Al gobierno le interesa que el pueblo sea ignorante y no tenga el hábito de la lectura. Es más fácil manipular a una masa de individuos no informados.
En fin, tal vez Paty tiene razón y soy un amargado y soy un desagradecido. Pero, me defiendo y digo que es bueno que exista el Festival y que es bueno que exista la Feria del Libro, pero (¡oh, Dios mío!) a mí me gustaría que tuvieran otro nivel, que los encargados de organizarlos tuviesen un poco más de imaginación y crearan las condiciones para que la gente acuda con gusto a empapar con arte su corazón.
En fin, por el momento, seguiremos diciendo que más vale pájaro en mano que ciento volando. Ojalá que este pájaro tenga un poco del cenzontle y un poco del colibrí y un poco del pájaro carpintero y un poco del quetzal; ojalá que sea menos zopilote y sea más águila.