lunes, 27 de agosto de 2012

LOS VIDENTES




¿Quién será el bueno? Como si tuviese una bola mágica trato de descubrir el nombre del próximo Director de Coneculta-Chiapas. A veces paso por el café y veo a un grupo de amigos, cada uno con una taza de café ya fría, lanzando nombres acerca de los posibles integrantes del gabinete del Güero. Como ese grupo está integrado por comitecos, dan doble contra sencillo que Juan Carlos Gómez Aranda tendrá una posición importante y todos mueven la cabeza en señal de aprobación, y al menos hablantín se le va la boca enunciando las virtudes reales de nuestro amigo.
¿Para qué el juego de atinar a los nombres de los futuros? ¡Uno no sabe bien a bien!, pero debe ser como una nostalgia de Bingo o de Lotería, en donde el único que gana es el dueño del negocio (en este caso el nombrado).
El grupo de comitecos del café, envuelto en una nube rarísima que une humo del café con el del cigarro, sigue aventando nombres y descubriendo pros y contras. Después de media hora (¡por fin!) uno de los contertulios, dando una larga fumada a su cigarro, avienta un nombre que me interesa: Katina De la Vega; dice que Jorge De la Vega es padrino de Manuelito (así lo dice). ¿No vieron el otro día tres camionetones de lujo estacionados frente a la casa de don Leopoldo De la Vega? Era su hermano Jorge. Sin duda que Manuelito ya comenzó a consentir a su padrino y le proveyó de una generosa escolta. Si don Jorge le pide que Katina sea la de Coneculta no duden que ella será.
Pero más tardó en decirlo cuando otro (el único que no fumaba) dijo que Katina es mucha pieza para Coneculta. Es muy inteligente, dijo.
Otro, entonces, dijo que ¡pues por eso!, en Coneculta se necesita una persona inteligente, o no ¿vos?
Y me vio a mí. Yo dije que sí, sí, pero no dije más, porque la experiencia me ha demostrado que en esa mesa no tengo nada qué hacer ni qué decir. Es una mesa de expertos politólogos que están enterados de todo. Yo soy un pobre mortal.
Yo, la mera verdad, no sabía de lo de Juan Carlos y menos, mucho menos, de lo de Katina.
Pero, de inmediato (porque ahí la palabra es como pelota de frontón), otro bebedor de café dijo que no, ¡no!, para Coneculta suena Zepeda. ¿Laco?, preguntó uno. No, ¡no!, dijo el primero, el hermano, Manolo, el que vive en Xalapa. Ah (dijo otro) qué chingados tiene que hacer un jalapeño acá en tierra de chiles de Simojovel.
Uno que había permanecido un tanto distante de la plática dijo: el bueno será Roberto Ramos. Sí, dijo otro, es el eterno suspirante. Pues estaría bueno, dijo uno más. Robertito ha estado en el ambiente desde hace mucho. Si quiere ser, sin duda tiene un programa bien definido y esto le hace falta a este organismo que en los últimos tiempos ha sido objeto de pura improvisación. ¡Eso, eso!, dijo el fumador empedernido (fumando como si en ello se le fuese la vida) (parece que sí), lo que necesita este pinche estado es gente preparada con un proyecto sólido. Sí, reafirmó, si Robertito siempre ha figurado en las ternas y nunca se le ha hecho ¡pues ya es hora! Vos ¿qué decís?, me preguntó. Sí, sí, dije yo. Sí, Robertito está bien.
Sí, dijo otro, pero también la Katina también está a todas mandarinas. A nosotros, los comitecos, nos conviene que sea ella. Sí, vos, dijo el que no fumaba (y me vio con sonrisa irónica), así la chingás para que te publique, le escribís una “Carta Abierta para Katina” y ni modos que no te publique. Te publicó la Marvin ¡que no te publique ella! Sí, dije yo, sí, sí (pucha, son un peligro éstos de la mesa cuadrada).
Sí, terminó uno, cuando regresaron al tema del candidato para Secretario General de Gobierno. Sí, que sea Roberto Ramos Maza. Él es un tipo chingón. Va pues, que sea, pensé yo. Sí, que sea Robertito.