lunes, 24 de septiembre de 2012
PARA LA ALACENA
I.- Ernesto de la Peña ¡murió! Un día (según versión de Javier Aranda) alguien le preguntó: “¿Quién es Dios?” y él respondió: “Es el deseo incumplido de los que no tienen fe”. El día que a Mario esto le conté, él siguió mostrando su sombrero de magia, diciendo: “Nada por aquí, nada por acá”.
II.- Margarita también juega, dice que “Dios es el Todo de la Nada”.
III.- En una galaxia muy lejana hicieron un Concurso de la Imagen de Dios. El vencedor fue quien hizo una imagen a semejanza suya. Habitantes de otra galaxia declararon apóstata al ganador.
IV.- “¡Que haya libertad de cultos!”, gritaron los protestantes frente al Congreso. “Está bien -dijo el Presidente- abrid las celdas para que salgan”.
V.- En tiempos de la persecución religiosa, Santo, el enmascarado de plata, se escondió para no morir a manos de los quemasantos.
VI.- Echaron a caminar sin saber, bien a bien, a dónde se dirigían. Después de una jornada de más de mil kilómetros se sentaron en unos poyos en la entrada de la ciudad. Se acercó un nativo; al verlos llenos de polvo, les preguntó hacia dónde se dirigían. Uno abrió los ojos y dijo: “¡Buscamos un lugar tranquilo para dormir!” El nativo entendió y, al día siguiente, se unió a la caravana que continuó su marcha.
VII.- “¿De veras, en todas partes está Dios?”, preguntó el niño. “Sí”, dijo el papá, mientras bajaba al fondo de la tumba para rescatar los huesos humanos que luego vendía a estudiantes de medicina.
VIII.- ¿Cómo rezan el Padre Nuestro aquéllos que viven en el Cielo? ¿Padre nuestro que estás...?
IX.- Como era un ateo irredento, nunca salía de su casa, con tal de no decir adiós.
X.- Dios le preguntó al ciego y cuando éste respondió que lo hallaba en el aire, Dios se sintió satisfecho.
XI.- Si se pudiese registrar ante Derechos de Autor la palabra Dios y cobrar regalías por uso de la misma, el propietario se convertiría en el hombre más rico del planeta. Pero como esto no es posible los millonarios lo son por invocar a cada rato la palabra Diablo.
XII.- Cita modificada: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer a Dios…”.