lunes, 17 de diciembre de 2012


CLAVÓ UN CLAVITO

¿Existe algún mortal en la tierra de habla española que desconozca el verso que dice: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”? Hay poetas que son al hombre como el polvo para el camino. Para Hispanoamérica uno de esos poetas es Neruda. Como sucede con los grandes poetas la mayoría de las personas no ha leído mucho de su obra, pero reconoce, de inmediato, alguno de esos versos inmaculados, transparentes e infinitos. En ocasiones ni siquiera se sabe el nombre del autor, porque esas palabras son como agua a mitad del desierto. “Pablito clavó un clavito” y desde entonces se volvió referente popular. Sus versos son como atado de tostadas en mercado.
Mario Nandayapa estudió y vivió una temporada en Chile. De ahí, sin duda, le brincó la piedra de hacer el libro: “La Serenata Épica de Neruda a México”. ¿De qué trata este libro? El autor dice que es “un catálogo de poemas, textos en prosa e imágenes” de Neruda. Porque Pablo desclavó un clavo que estaba hundido en la conciencia de América, el poeta es conocido y reconocido en todo el continente, pero nunca el acercamiento al todo será mucho. Siempre habrá posibilidades no recorridas y ventanas no abiertas. Este libro es una ventana que ayudará al lector profano y al estudioso a acercarse a la obra del autor chileno a través de otra mirada.
Mario me envió el libro en su versión digital de pdf. Quiero pensar que fue la versión primera, la que luego fue corregida, porque advertí, asombrado, algunas incorrecciones sintácticas. Estoy seguro que estas piedritas fueron corregidas en la versión final y el texto debe ser impecable, como impecables y luminosas las nubes de Neruda; como impecable y luminoso el interés de Mario por acrecentar el acervo literario para el pueblo de Chiapas y del mundo. ¡Pucha, cómo ha crecido el horizonte de este investigador! Ya están distantes los tiempos en que coincidimos en el Centro Chiapaneco de Escritores.
El presentador dice que la biobliografía Nerudiana rebasa los veinte millones de sitios en todo el mundo. Al leer sitios quiero pensar que se refiere a espacios virtuales. Esto da una idea del interés que el mundo ha concedido al estudio y difusión de la obra de don Pablo. ¿Por qué, entonces, Nandayapa destinó esfuerzos y tiempo para la factura de este libro? Ya dije: nunca el Todo humano será mucho. Parece que los caminos de los poetas y narradores así como los caminos de quienes desglosan las ramas de esos árboles aspiran a alcanzar el Todo. ¡Nadie lo logra! Y esto es así porque el Absoluto está por encima de los intentos humanos. Por ello, los investigadores y estudiosos se trepan al árbol por ramas novedosas. A veces alcanzan alturas insospechadas, otras veces las ramas se quiebran y el zapotazo que se dan es de antología.
Mario trepó por una rama fuerte. El autor dice que eligió la rama Ecdótica. ¡Dios mío!, sólo para rimar digo: qué palabra tan exótica. Pero cuando nos acercamos a la definición vemos que la palabreja en cuestión no es tan complicada, se refiere a editar textos de la forma más fiel al pensamiento del autor. Ah, bueno, con esto nos queda claro que la Ecdótica será más cercana y objetiva en la medida que el texto no deba pasar por el tamiz de la traducción. Mario no tuvo problema: domina la lengua española ya que, desde hace años, se ha dedicado al estudio amoroso de ella.
¿Cuál el aporte de Mario con este libro? ¡Es inmenso! Mario se dio a la tarea de compilar todas las palabras que Neruda enhebró en el portal llamado México. Mario nos entrega la casa de Pablo en México, el corazón, su brasa.
Sólo, para terminar, diré que mi emoción más grande fue toparme con el texto donde Pablo, pabilo de fuego, narra cómo conoció “al más original y poderoso compositor de México: Silvestre Revueltas”. Neruda llegó a su casa y ahí encontró a Revueltas que ya había tomado varias botellas de vino chileno. Revueltas le dijo: “Se me ocurrió pensar esta mañana que puedo morirme un día de estos sin haberte conocido. Por eso estoy aquí. Es malo que los hermanos no se conozcan”. Neruda cuenta que Silvestre quedó en su casa varios días (tres), el poeta salía para hacer sus quehaceres y el músico, tan tranquilo, bebía vino chileno. Un día (el cuarto) como llegó ¡desapareció! Los dejo con el relato de Neruda: “Se había ido a dirigir los ensayos de su Renacuajo paseador, ballet clásico de nuestra época contemporánea.
“Algún tiempo después, la noche del estreno, estaba yo en un palco. En el programa se acercaba el momento en que debía presentarse Silvestre a dirigir su obra. Pero ese momento no llegó. Sentí que desde la sombra me tocaban el hombro. Miré hacia atrás. Su hermano José Revueltas me susurró:
“-Vengo de casa. Acaba de morir Silvestre. Eres el primero en saberlo.”
Por eso ahora digo que Mario nos toca en el hombro y nos dice: vengo de casa. Acabo de ver a Pablo Neruda. Acá os lo entrego. Son de los primeros en saberlo.