miércoles, 8 de enero de 2014

LECTURA DE UNA FOTOGRAFÍA DONDE SE VE UN PANAL





¿Es correcto decir que un panal es como un nido de avispas? En Comitán llama mi atención que un restaurante que vende carnes asadas se llama “El panal”. Nunca he hallado la relación entre la miel y el chorizo, ni entre una abeja y un cuch. Pero, bueno, el mundo está hecho de relaciones insólitas y ésta parece ser una de ellas.
En esta foto se ve un panal, un nido de abejas. ¿Desde cuándo está ahí? Porque, así como hay relaciones lingüísticas insólitas, también hay imágenes insólitas. Ésta es una de ellas. Llama mi atención el hecho de que el propietario de esta casa ha dejado que el panal crezca hasta un tamaño que el panal parece la vagina de una giganta. A primera vista no se ve que el panal esté habitado, pareciera que es una construcción abandonada. No sé el comportamiento de las abejas. Entiendo que este panal corresponde a esa variedad de abejas que son negritas y pequeñas. No se trata de un panal de abejas africanas o de esas llamadas abejas ahorcadoras. Tal vez por esto el dueño de la casa dejó que el panal creciera tanto. Sus habitantes deben ser abejas o avispas afectuosas.
Pero si el panal no está habitado, ¿por qué el dueño de la casa deja que siga ahí? ¿Para que la gente pase por la calle, lo mire, se asombre y tome la foto de un hecho insólito? O tal vez el hombre ha encontrado mejor uso a este panal. ¡Sí, eso debe ser! Tal vez, en realidad no es un panal, sino una cámara de vigilancia camuflada. Tal vez es una lámpara que prenden en la noche; tal vez es una alarma; tal vez un sistema anti fantasmas, tal vez un experimento del origen del Universo.
La ventana cercana está abierta. Esto significa que es cierto el planteamiento anterior: o los habitantes del panal son amistosos o el panal está deshabitado. La imagen es atractiva porque permite imaginar que el cristal es el espacio y el panal es algo como un planeta. Igual que los planetas, un día se despegará del cristal y se destruirá en mil fragmentos, en mil meteoritos.
¿Qué piensa el propietario? ¿No lo quita por desidia? ¿Lo ha dejado ahí porque es como un amuleto? ¿Es como la vaca y todas las mañanas lo ordeña para tener miel? ¿Da miel o sólo da asombro y, tal vez, lástima? Porque bien visto es un planeta triste y solitario. No hay más a su alrededor.
¿Y si no es un panal? ¿Y si es un monstruo que despierta por las noches y que, como babosa, se desliza por ese cristal y se mete por las hendijas de la otra ventana porque se alimenta de la sangre de los habitantes de la casa? ¿Y si es la casa la que está deshabitada? Uno nunca sabe qué pensar a la hora que camina por una calle común y encuentra un panal prendido, como lapa, a un cristal que aún tiene manchas de pintura. Uno nunca sabe qué sucede en el interior de las casas. A veces, como en este caso, tampoco sabe qué sucede en el exterior.