lunes, 14 de abril de 2014
CARTA A MARIANA, DONDE SE CUENTA CÓMO UN PACO NO ES POCO
Querida Mariana: no sé cuántos jóvenes leen las cartas que te envío. Estas cartas son como mensajes que lanzo adentro de botellas. Las lanzo desde mi isla, las lanzo al mar, sin saber si alguien se arremangará el pantalón y entrará al mar para rescatarlas. Todos somos como Robinson Crusoe, todos deseamos, pero tememos, hallar a un Viernes en el territorio que creemos desértico. Cuando menos una certeza tengo: una joven lee estas cartas: ¡vos! Y me refiero a los jóvenes, porque estas cartas, además de decirte que te quiero, llevan el propósito de preservar la tradición. Es obligación de los viejos decir a los jóvenes que todo lo que existe, todo lo que es, viene de antes. Es bueno que los jóvenes sepan que el Ipad tuvo un padre y un abuelo y un bisabuelo. Sería una enorme pérdida cultural que alguien pensara que todo apareció de la Nada.
Tal vez vos nada sabés de la vida de don Paco Chanona. A veces ignoramos la vida de muchos talentosos chiapanecos. Y nada sabés porque él ya cumplió (así me lo dijo) sus “primeros 86 añitos”. El otro día abrí la bandeja de mi correo electrónico y hallé un mensaje de don Paco, me dijo que él, igual que yo, nació un cuatro de abril, él, de 1928. Muchos jóvenes artistas chiapanecos no lo saben, pero don Paco es un gran compositor. ¿Te dicen algo los nombres de Armando Manzanero y de Luis Aguilar, el papá de Pepe Aguilar? Manzanero, igual que don Paco, es un gran autor de canciones. Bueno, pues, canciones de don Paco fueron interpretadas por Manzanero, por Luis Aguilar, por Carlos Lico, por Manoella Torres y muchos famosos más. A Manoella, el propio Manzanero la llamó “la mujer que nació para cantar”. Nosotros nunca lo hemos dicho, pero don Paco “nació para componer”. De las líneas de don Paco provienen los pentagramas de estos tiempos.
Los escritores reconocen que sus textos vienen de la tradición. Gabriel García Márquez (quien, físicamente, anda malito y esto es una pena) reconoce venir de Kawabata y de Faulkner, ambos Premios Nobel de Literatura (igual que él). No hay un solo escritor (por más soberbio que sea) que no reconozca haber sustentado su trabajo en los que lo antecedieron.
Digo esto porque nada es por generación espontánea. Es bueno que los jóvenes lo sepan; que sepan que alguien sembró los árboles que en el parque les dan sombra; que sepan que antes de Cunjamá estuvo Picasso en la pintura y antes de Picasso, ¡Monet!, y mucho antes que éste ¡los pintores anónimos de las Cuevas de Altamira! Antes que Maroon 5 estuvieron los Beatles. Es bueno que los jóvenes sepan que cuando prenden la luz hay toda una historia que antecede ese simple “suicheo”. Si los viejos no les decimos a ustedes que hubo un tiempo de penumbra que fue roto por el fuego de la caverna, corremos el riesgo de que un día la oscuridad infinita ¡regrese!
A los jóvenes hay que ofrecerles un tour por los edificios viejos, pero hermosos, que dan sustento a los edificios jóvenes. Me cuentan que en Florencia a los edificios añejos los cuidan con el mismo esmero con que limpian los contemporáneos. Los italianos están orgullosos de esos edificios que les otorgan identidad. Nosotros deberíamos ser apapachadores con nuestra tradición y con los artistas que han hecho este Chiapas más grande. Deberíamos limpiar los edificios viejos, pero hermosos, que dan sustento a los edificios jóvenes.
Cuando amontonamos bloques de modernidad ocultamos los edificios viejos, segamos la tradición. No sabemos lo que hacemos: cancelamos nuestro propio pasado y esto es como decir que cancelamos nuestra propia vida. Porque nosotros, los seres humanos, mi niña bonita, no somos más que la secuencia de los años. ¿Mirás cuanta ternura y cuánta humildad en las palabras de don Paco cuando dice que el pasado cuatro cumplió sus primeros 86 añitos? Estoy seguro que él los celebró escuchando música, dando vida a su vida. Una vida plena que tanto ha entregado a la tradición musical del mundo.
Hubo un tiempo en que don Paco reunió una serie de poemas de Jaime Sabines y los musicalizó; hubo un tiempo en que don Paco escribió una columna periodística durante más de diez años. ¿Mirás qué activo es don Paco? Yo le conté que leía su columna en el periódico “La voz del sureste”. En ese tiempo, don Roberto Coello Trejo, director de ese periódico, me recibía en su oficina y platicábamos tantito, mientras yo entregaba los cartones de “Don Piedra” que ahí se publicaban. Así pues, con don Paco coincidimos una vez en páginas de periódico, además de coincidir en que nuestros cumpleaños se celebran el día cuatro.
Ojalá que don Paco vea la botella cabeceando de un lado para otro, se arremangue el pantalón y se meta al mar a rescatar este mensaje. Ahí hallará este abrazo que le envío, este abrazo que reconoce su labor de tantos años y que le agradece en nombre de Chiapas ¡por continuar la tradición!
No lo olvidés, querida Mariana, mi cariño, también, viene de mucho atrás, no se dio de la noche a la mañana.