viernes, 11 de abril de 2014

SUEÑO DE TORERO





Imaginá que te llamás ere. Imaginá que sos la letra ere. Ah, qué bonito debe ser ser una letra que suena como tren, que hace mucho ruido, ¡que retumba!
¿Mirás en cuántas palabras estarás enredado? No sé cuál es la letra que más aparece en las palabras. No lo sé. Pero cuando escucho a una persona con frenillo, de esas personas que son como Julio Cortázar, que arrastra la ere, sé que la ere es una letra que está en muchas palabras. Ahora mismo caigo en la cuenta que, en esta Arenilla, he usado muchas palabras con ere. ¡Acá está la palabra palabra! ¡Ahí está la ere enredada! También está enredada en la palabra arenilla.
Los latinos no hallamos dificultad en pronunciar la ere, pero, ¡oh, Dios mío!, los norteamericanos, por ejemplo, parece que nacieron con un frenillo intelectual. ¿Por qué no pueden pronunciar la ere? No sé. Pero cuando un gringo quiere decir pero ¡dice perro! “Perro no ves que no puedo decirr perro”. Su mamá, orgullosa, dice que lo está diciendo, pero lo que su bendita madre no sabe es que el hijo no quiere decir perro sino pero.
Pero vos, siendo ere, podrás estar en el pero y en la pera. Conocí un gringo (pobres gringos) que en su lógica elemental creía que el pero debía usarse cuando usaba él y pera cuando usaba ella. Por ejemplo, decía: “perro él es muy bueno”; y decía: “perra ella es muy buena”. El marido de ella (macho mexicano) estaba a punto de matarlo, lo tomaba de la solapa y lo zangoloteaba en la palapa cuando escuchaba decir que ella -su mujer- era una perra. Uf, yo intervenía y explicaba lo de la erre, decía que quería decir pera, y explicaba la confusión del pero con la pera.
Los latinos (¡bendito Dios!) tenemos a la ere y a la erre. Los gringos (perdón por la insistencia) sólo tienen a la erre. Cortázar sólo tenía a la erre, también. Arrastraba a la ere y la convertía en un trapiche herrumbroso. ¿Cómo pronunciaba su apellido?
Si te llamás ere podrás estar en estar y en podrás, así que estarás y podrás y esto es una bendición para el hombre. Estar y poder son dos actos maravillosos de la vida. No hay peor cosa que no estar y no poder. Al famoso “Ser y estar” yo le agregaría “poder”, poder de poder no de Poder. El Poder (con mayúscula) es para gente que no cree en su poder. Lo importante, como decía el poeta Efraín Huerta, “no es el Cuarto Poder, sino poder en el cuarto”.
Sí, si sos la letra ere, estarás también en el cuarto y será importante que podás ser y que al ser ¡podás! Estarás en la palabra entrar, en la palabra seducir, en la palabra desnudar, en la acariciar, en la besar, en la dedear, en la mamar y en la palabra coger. ¿Mirás cómo la letra ere es esencial para amar?
Estarás también en la palabra aire, en la palabra mar, en la palabra primavera y en verano también. Serás la letra consentida de la vega que sueña con ser verga; serás la letra más amada de la palabra abracadabra y podrás hacer diez mil conjuros.
Y estarás en la palabra Dios, porque Dios es el Origen, el origen de todas las cosas, de todos los ríos, de todos los mares y de todos los Dioses de la Creación. Pero lo más importante ¡estarás en el corazón de todos los hombres!