viernes, 5 de enero de 2018

DEFINICIÓN DE CINE




Quien dice cine dice magia. Es sensacional pensar que la magia se define por veinticuatro cuadros por segundo. Se sabe que la vida real tiene, cuando bien le va, un cuadro por segundo. Hay personas tan soberbias que viven su vida en cámara lenta; es decir, un cuadro les puede servir para ilustrar una hora o un mes o una vida completa.
No sé ustedes, pero yo conozco a un personaje que se quedó instalado en su juventud. Ahora tiene unos cincuenta y uno o cincuenta y dos años de edad y sigue comportándose como cuando tuvo dieciséis años. Principió a pensar la vida en cámara lenta y terminó congelando la imagen.
Cuando nos percatamos que en el cine pasan veinticuatro cuadros por segundo, entendemos porqué Emilio García Riera dijo que el cine era mejor que la vida. Por supuesto, en el cine pasa lo que no pasa en la vida. A pesar de que el cine, por definición, es un espejo de la vida (como el teatro o como la literatura), supera a la vida, porque siempre está en movimiento.
La belleza del cine está dada por el movimiento. En realidad, el cine no es más que una secuencia de fotografías, pero con la magia de la continuidad. ¿Qué sucede cuando un espectador, en su casa, pone pausa en el reproductor y detiene la imagen? El cine deja de ser y se convierte en una simple fotografía, plana y mediocre.
El cine, por supuesto, basa su riqueza en la imagen, pero en la imagen secuencial. La historia, después de todo, es un simple complemento, porque para historias está la literatura.
Los sabios recomiendan detenerse, de vez en vez; recomiendan la meditación. Pero esta recomendación es insustancial para la riqueza del cine. ¿Entonces? El cine ha pervivido por más de cien años, ha dado felicidad a millones y millones de espectadores en todo el mundo. Hay personas (cinéfilos les llaman) que han dedicado su vida completa al cine, no hacen otra cosa en la vida. ¿Por qué? Porque la vida es plana, es como una fotografía, no tiene la bendición de la secuencia sin paro. Esta palabra es el peor destino de los españoles, cuando los ibéricos escuchan la palabra “Paro” les provoca telele. ¡Claro! Los españoles han descubierto que detener la imagen de la vida es un problema serio. Ellos, sin mucha conciencia, descubrieron que la vida tiene que ser como el cine: secuencial, sin paros.
En México, al contrario, el paro se considera como un rasgo de nuestra personalidad. De acuerdo con las estadísticas del INEGI, ¿cuántos mexicanos son NINIS? Somos una sociedad que basa su identidad en la imagen del Chac-mool, en la contemplación permanente.
¿El cine es mejor que la vida? ¡Sí! No importan las historias, lo que importa es el movimiento, la imagen secuencial.
Lo que importaría en la vida sería tener veinticuatro cuadros por segundo. No detenerse.