domingo, 17 de septiembre de 2023

CARTA A MARIANA, CON DIPLOMAS

Querida Mariana: mando copia de un diploma que obtuvo mi querido amigo Abraham Gutman Vicente, en 1951. Si mirás bien corresponde al Primer Lugar en el aprendizaje de Aritmética. El diploma fue concedido por el director y profesores del Colegio Particular para Varones “Mariano N. Ruiz”. El colegio fundado por el padre Carlos J. Mandujano García inició impartiendo clases para niños. Las niñas comitecas tenían la opción de estudiar en el actual Colegio Regina, que, de igual manera era un colegio exclusivo para mujeres. Resulta que el varoncito Abraham obtuvo el primer lugar en su grupo, lo que indica que era muy buen estudiante. Bueno, asumo que fue un estudiante de excelencia. No tengo el dato, pero pienso que mi querido y admirado amigo Abraham nació en la década de los cuarenta. El dato preciso debe estar en el libro que escribió el gran investigador comiteco Amín Guillén Flores. Debo confesar que agradezco al universo contar con el afecto de Abraham (también el de mi querido Amín, por supuesto). Pero, asimismo, debo confesar que no lo conozco físicamente. No obstante, él (siempre generoso) me envía audios todos los días en mi teléfono celular. Lee las Arenillas y las comenta. Las comenta con tal gracia e inteligencia que no puedo más que expresar mi admiración. En los audios que me envía advierto que es un hombre con gran memoria, que disfruta los instantes, que reverencia la amistad y que es un gran enamorado de las mujeres y de la vida. Como muchachito que espera la llegada del Viejito de la Noche Buena, yo espero los audios de Abraham, porque son maravillosas extensiones de los textos que escribo. Él tiene una gran capacidad para ir bordando, en forma luminosa, sus comentarios y siempre incluye citas latinas, porque estudió un rato en el Seminario. Te he dicho que admiro a las personas que estudiaron en el Seminario, porque recibieron una educación exquisita que les permite tener un bagaje cultural impresionante. Admiro mucho a los grandes memoristas. Te he contado que admiro la memoria del famoso Carlos Monsiváis y la de la no menos famosa a nivel local Doña Lolita Albores o de mi amigo Temo Alcázar, quien anda en todos los argüendes de la ciudad y de puntos intermedios. A ese grupo de personas maravillosas, incluyo a mi amigo Abraham. Para confirmar mi apreciación el otro día me compartió el diploma que ahora, con su permiso, comparto con vos. El documento es importante para su vida personal, pero también lo es para la historia colectiva y, de manera especial, para nuestro Colegio Mariano N. Ruiz, porque es testimonio de los tiempos en que la institución tenía apenas un año y medio de vida, recordá que el colegio del Padre Carlos inició labores el 5 de febrero de 1950. ¡Ah, qué hermosa manera de conmemorar el aniversario de la Promulgación de la Constitución de 1917! En sus audios, Abraham siempre me dice “soy Marianito”. Sí, por supuesto, un Marianito que ennoblece a la institución, lo dice con gran cariño. Abraham es un ingrato, porque él me envía maravillosos audios que duran más de cinco minutos. Los gozo. Pero yo no puedo enviarle audios, porque él me dice que tiene problemas con la audición. Así que yo debo contestar con mensajes por escrito y, la verdad, mi querida niña, sólo a vos te mando textos largos, así que a Abraham le envío mensajes breves, donde espero que advierta mi afecto y admiración permanentes. El diploma deja claro que él se “distinguió entre sus compañeros en el estudio y aprendizaje de la Aritmética”, por lo cual se hizo merecedor de esa distinción. Abraham me envió otro diploma de primer lugar en otra disciplina y dos reconocimientos más donde obtuvo segundos lugares en otras materias. Abraham fue un niño estudioso y ahora es un viejo sabio, maravilloso. Posdata: Abraham vive ahora en una casa que está a orilla de la carretera que va a La Angostura. En los audios que me envía escucho el paso de camiones y autos. Un día me dijo que veía el paso de camiones que llevaban maquinaria pesada. Se escuchaba el estruendo y, por encima de éste, la voz del hombre que me dice mi arenillero estrella. Ah, qué privilegio. ¿Las firmas del diploma? Firma como director don Enrique Cancino y como profesor del grupo el padre Carlos J. Mandujano. ¡Tzatz Comitán!