lunes, 4 de septiembre de 2023

CARTA A MARIANA, CON PERSONAJES.

Querida Mariana: saludé a Mario Pinto Pérez, gran artista plástico, orgullo de Comitán. ¡Qué bellos cuadros realiza! Te conté que el año pasado expuso parte de su obra en el Senado de la República, gracias a una invitación que le hicieron el licenciado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez y el senador de la república doctor Eduardo Ramírez Aguilar, espíritus sensibles, comitecos promotores infatigables del arte. Mario confiesa ser tímido, su forma de comunicarse con el mundo es a través del arte plástico. Ah, bárbaro, qué forma tan espléndida le deparó el destino para comunicarse, para llenar nuestras miradas y espíritus con formas bellas. Dice que cada una de sus obras contiene una gran historia, no sólo la que advierte el espectador, sino la que está detrás, en su ejecución. Cuando Mario recibió la generosa invitación, que fue un merecido reconocimiento a la grandeza de su obra, pensó que ya tenía años de no viajar a la Ciudad de México. El gran Mario me confesó que le dio un poco de temor regresar a la gran ciudad, así que pidió ir acompañado. ¿Quién lo acompañó? Su hijo Leonardo, de 19 años de edad, estudia Veterinaria y heredó el talento del papá, porque Mario dice que su hijo Leo dibuja muy bien, sin necesidad de tutores. Mario estudió en San Carlos y tuvo como maestro al gran artista Rafael Muñoz López, el artista que radicó una temporada en Comitán y nos legó muchas obras de caballete y el gran mural que está en uno de los corredores del Centro Cultural Rosario Castellanos. Sabés que mi memoria es endeble, pero ahora tengo dos frases que me compartió Mario la mañana que nos encontramos. La primera es la siguiente: “La vida está hecha de puras casualidades”. Ahí te la dejo para que le des vuelta. Él habla de ese azar genial. La segunda frase fue: “Agradezco mucho al senador Eduardo y a Luis Ignacio, porque ellos me dieron todo”. Nuestro artista comiteco es un convencido de los encuentros casuales y es un hombre profundamente agradecido. Sabe que una casualidad lo llevó a conocer al licenciado Luis Ignacio y al senador Eduardo y esa cinta de luz, propiciada por los dos políticos, permitió que su obra estuviera expuesta en el contexto del Primer Parlamento de la Mujer Indígena. ¡Qué hermosa coincidencia! Mario, desde siempre, ha sido un gran estudioso, en el plano estético, de la grandeza de la cultura indígena. Su mirada va mucho más allá de un mero regodeo folclórico, demuestra el colorido que rodea el entorno indígena, respeta los hermosos atuendos que ellos visten, porque, asegura, ahí están “nuestras raíces verdaderas”. El senador Eduardo Ramírez comentó la mañana de la inauguración de la muestra: “me enorgullece presentar esta exposición en la Casa del Pacto Federal, porque el pintor Mario Pinto es de la tierra donde yo nací…” Las palabras del senador hablan del reconocimiento a la obra de un gran artista y del orgullo de promover a los talentos de nuestra tierra. En este acto hay algo de esa burbuja en la que Mario cree. Si Mario agradece a la vida esas casualidades geniales, yo también agradezco su afecto. Es mi privilegio contar con su afecto, con el afecto de uno de los grandes artistas plásticos del siglo XX y de este siglo XXI. En una ocasión estuve en el estudio de Mario, vi el papel donde su mano y su corazón comenzaban a hacer el milagro del color en una acuarela. No hay en el pueblo otro artista que tenga la capacidad de Mario al trabajar la acuarela. Su trazo no admite titubeo. Cuando él da la pincelada ya dominó todo el resultado, a pesar de que la acuarela, igual que la vida, también está llena de hallazgos, de casualidades. Siempre disfruto mucho la plática de Mario, es una cuerda sencilla, sin petulancias. Él sabe que es uno de los grandes de Chiapas, no habla de su obra, la enseña y los espectadores la reconocemos, la disfrutamos, la admiramos. Posdata: gocé mucho el instante en que me dijo que el senador y Luis Ignacio le dieron todo para la exposición: “sólo faltó que me llevaran cargado como un pichito”. Así fue el trato para nuestro artista. Esto se agradece mucho. El senador Eduardo y Luis Ignacio son atentos, dan el lugar que merecen los invitados, reconocen el talento de los nuestros. ¡Tzatz Comitán!