lunes, 25 de septiembre de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN RAMO DE GRACIAS

Querida Mariana: imaginá que es posible hacer ramos de palabras, que así como en las florerías hacen ramos de rosas, de azucenas, puede hacerse ramos de palabras. Si esto es posible hoy quiero enviar un ramo de gracias, muchas gracias, luminosas, frescas, con aroma a madrugada limpia. El ramo lo envío, con aprecio, a dos muchachos de Ocosingo: Alfonso Morales y Antonio Chávez. ¿Por qué mando este ramo de gracias? Porque ellos, qué generosos, dedicaron una hora para comentar la Arenilla, nuestra revista. ¡Una hora! Alfonso y Antonio, en Canal 11 Ocosingo TV, destinaron una hora para hablar del más reciente número de nuestra revista. El programa está disponible en redes sociales, en “Sendero del ocote”. Paty, editora ejecutiva de Arenilla, envió a Alfonso ejemplares de nuestra revista. Después de algunos días llegó a aquella ciudad y Alfonso invitó a Antonio para que ambos compartieran con su audiencia algunas secciones de nuestra propuesta editorial. Lo que ellos hicieron fue un acto grandioso. Al alimón leyeron cinco artículos, ¡cinco!, y luego los comentaron. Estos chavos, destacados intelectuales de aquel pueblo, hicieron lo que los viejos hacían antes: sentarse en la sombra de una ceiba y leer un libro a un grupo de niños. Ellos, jovencísimos, leyeron ante una cámara y compartieron la lectura con una gran audiencia virtual. Jamás habíamos sido objeto de tanto reconocimiento. Un par de chicos de Ocosingo nos mandó un abrazo estimulante envuelto en una sorpresa. Porque, cuando menos lo esperábamos, nos llegó la invitación para ver el programa que nos dedicaron, el programa que dedicaron a Comitán, a la región y Huehuetenango, Guatemala. Antonio dijo que esto era algo ¡cool!, nosotros pensamos lo mismo, es cool que dos chicos se preocupen por estimular la lectura; es cool que ellos tiendan un puente hacia otras orillas; es cool que Alfonso y Antonio escriban la palabra cultura en el muro del aire. Hoy, querida mía, con tu permiso, mando un ramo de gracias hasta Ocosingo, tierra que visité alguna vez, en los años noventa del siglo XX, al lado de coordinadores y compañeros becarios del Centro Chiapaneco de Escritores. Al ver el programa la emoción llenó mi espíritu, lo desbordó. Me regresó a aquella ciudad, la capital mundial del queso bola (es más sabroso que el queso que hacen en Holanda). Alfonso y Antonio compartieron con su audiencia la crónica escrita por el maestro Benito Vera Guerrero, la crónica donde habla de la Gruta de San Francisco; la carta que te mandé, la que habla de los Tuitazos donde a diario declaramos nuestro amor a Comitán; “El lenguaje del café”, escrito por Giovanna Gómez Cervantes; “Explorando la rica historia del cappuccino”, invitación para probarlo en El Nenúfar Coffee House, del barrio de San Sebastián; y el cuentito “La buena suerte de mi abuelo”, escrito por Paty Espinosa Vázquez. Paty envió ejemplares a Alfonso y él y Antonio compartieron con toda su audiencia. Qué manera tan genial de compartir la magia de la lectura. ¿Cómo no estar agradecidos con estos chicos? Su iniciativa recuerda que nuestro trabajo es reconocido, que caminamos por la misma senda. Los esfuerzos, aparentemente mínimos, se convierten en guateques plenos de arte, en siembra para que nuestras comunidades tengan los mejores frutos de la cultura. Posdata: va un ramo de gracias hasta Ocosingo. Damos lo que tenemos y lo más valioso que poseemos es la palabra y ella se ilumina cuando designa al agradecimiento. ¡Tzatz Comitán!