Hoy domingo, "La Jornada" publica un texto acerca de la vida y obra de Elena Poniatowska. Ahí hay una declaración de Elena que dice: "Si me hice periodista es porque sólo he tenido preguntas, nunca certezas".
Elena sólo pone ante el espejo la única certeza universal: Nadie en el mundo posee certezas.
Los seres humanos estamos hechos de duda, de incertidumbre, llenos de interrogantes.
Por qué es la pregunta que nos acompaña a cada rato.
Dicha interrogante es el árbol que nos da sombra en cada instante de la vida.
No hay vocación ni oficio en donde la certeza esté presente, todo en la vida es un albur, un dulce titubeo.
Los científicos honestos, los sacerdotes auténticos o los maestros comprometidos también tomaron dichas profesiones porque no tenían certezas, porque sabían que la vocación de vida no tiene un camino cierto.
Elena no descubre el hilo negro, pero es bueno que nos haya recordado que una pregunta conjura las sombras.
Los lectores leemos para tratar de responder las interrogantes más urgentes; los periodistas escribimos para ayudar en lo mismo.