miércoles, 22 de septiembre de 2010

ARENILLA PARA CRISTA BELÉN ALBORES AMÉZCUA




Claudia Ponce De León me presentó a Crista, sin que ella estuviera presente. Claudia me dijo: “Crista es una gran pianista”. Así pues, cuando tuve a Crista frente a mí, tiempo después, supe que estaba frente a una gran pianista, sólo faltaba corroborarlo oyéndola tocar. La oportunidad se presentó en el festejo que, con motivo al cumpleaños ochenta y cinco, se le organizó a Oscar Bonifaz. Crista llegó en el mes de agosto al Centro Cultural y dijo que deseaba participar en el guateque. Los organizadores la aceptaron de inmediato. Ella, para cumplir con su compromiso, viajó de manera especial desde Xalapa el día diez de septiembre. Ahí la escuché. La vi sentarse en la parte alta del auditorio y esperar, paciente, el momento en que el maestro de ceremonias la anunció. Crista subió, se sentó frente al piano (se sentó en una silla porque el banco anduvo medio extraviado) y se dejó llevar como el viento lo hace ante el Valle, y el público hizo lo mismo. Yo fui como un papalote y me dejé llevar a los cielos donde Crista me encumbró. Sí, Crista es una gran pianista. Orgullosamente es comiteca, chiapaneca. Ahora, ya con la confianza que da habernos conocido de manera personal, la conduje al cielo de la palabra y ella jugó.

1.- ¿Qué sonido obtiene el especialista en percusiones cuando toca el tambor que antes tocó “El niño del tambor”?
El tambor es su instrumento a través del cual suena y resuena su espíritu.

2.- ¿Hace música un pájaro que camina sobre hojas secas?
¡Claro! Es “El pájaro que da cuerda al mundo”, ese que, a través de pasos armónicos y acompasados, se ocupa de hacer escuchar la armonía musical del universo.

3.- ¿Hay algún sonido que sea racista?
El arma que liquida, la palabra que liquida, transformando el blanco en rojo, ese rojo que nos muestra incapaces de aceptar lo otro, lo diferente.

4.- El que come “flautas”, ¿qué sonidos lleva en su estómago?
El de una armónica equilibrada, afinada y bien ejecutada…

5.- ¿A qué suenan tus recuerdos de niña?
A abejas zumbadoras y “angelitos que se van para los cielos a rogar por sus abuelos, por sus padres y hermanitos”. Suenan a los Hermanos Rincón, Cántaro y Cri-crí, claro, no podía faltar. Las cuerdas, los armónicos y las teclas del piano al que no soltaré jamás. Estos también suenan, vibran desde el 92.

6.- Si te ofrecieran dar un concierto sobre las campanas del Big Beng, ¿qué interpretarías?
El segundo movimiento del Concierto en Sol Mayor de Maurice Ravel. Vive per se, meditativo, difuminando los límites de la realidad (sugiero que lo escuchen con Martha Argerich y ¡verán!).

7.- El color rojo ¿suena más fuerte que el blanco?
Pareciera, pero es pura ilusión. Estamos acostumbrados a oír el ruido caótico de nuestro mundo, pero, si afinamos el oído y vemos más allá de lo evidente, el místico blanco, el sonido del silencio y la pausa resuenan tan pero tan fuerte que impacta y atemoriza. Su vibración es ¡tan alta!, que muchas veces pasa imperceptible ante los oídos faltos de curiosidad, pero si prestamos atención y dedicamos tiempo ¡es el silencio el que abre ante nosotros el mundo de las posibilidades infinitas!

8.- El espíritu de Ghandi ¿a qué instrumento musical puede compararse?
Al Contrabajo, el instrumento de cuerdas con el alma más grande. Un alma grande para soportar la tensión de las cuerdas y producir el sonido grave, profundo y claro como la voz que, si prestamos atención, es escuchada desde lo lejos.

9.- Dice Rosario Castellanos: “No me toques el brazo izquierdo, duele de tanta cicatriz…”. Cuando tocamos las cicactrices ¿qué sonidos escuchamos?
La voz de la experiencia y la curiosidad. Suenan los pasos del alma que, sin temor a lo desconocido, atraviesa los laberintos terrenales caminando, corriendo, saltando y, de vez en vez, tropezando (eso re-suena); pero, eso sí, se levanta fortalecida y sigue llenándose de sabiduría antes de que en un abrir y cerrar de oídos la vida calle frente a sí.

10.- ¿A qué hora y en dónde asoma el mejor sonido del mundo?
En el tiempo sin tiempo la hora es incierta y el lugar ni por asomo previsible, pero, para no correr el riesgo de no OÍR o de IR y NO ESTAR en el presente siempre tenemos que jugar (mírenlo, hasta con rima me salió).

(CRISTA BELÉN ALBORES AMÉZCUA. Nació en Comitán, Chiapas, bajo el signo de los gemelos. Pianista por convicción, diversión y profesión. Actualmente estudia en la Facultad de Música, de la Universidad Veracruzana, en Xalapa, Veracruz. Dice que es feliz de ser y estar. Vegetariana. Comedora compulsiva de lichi y mamey. Fotografía momentos, comparte tiempo, arma rompecabezas y así, pieza a pieza, segundo a segundo, va armando su vida también).