martes, 2 de noviembre de 2010

CALAVERITAS DONDE SE SACA A BAILAR AL PRESIDENTE MUNICIPAL DE COMITÁN, ASÍ COMO A PERSONAL DE IMER Y CRONISTAS DEL PUEBLO

LAS CALACAS EN COMITÁN

Rabonas y pelonas
llegaron a nuestras tierras.
No son pares sino nonas,
más que gatas, son las perras.

¿Y las viandas ya están listas?
rezan en la presidencia.
¡Ah, qué estas viejas racistas,
se han quedado sin decencia!

Y digo que son racistas
porque en medio de la gente
pensándose zapatistas
dejaron al presidente.

No comamos al negrito,
a Ramírez Aguilar.
Porque este frijol refrito,
sí nos puede empachar.

Estas tilicas ingratas
no tienen para comer.
Ya sin huesos, ya sin patas,
apenas llegan a IMER.

¿Acaso acá es el Mictlán?
preguntaron confundidas,
No, mudencas, Comitán,
son estas tierras queridas.

Las recibe un güero meco,
y nena con trapío.
El feo es el muñeco,
la bonita es la Rocío.

Entonces sacan sus pipas
y se fuman a los dos.
Del muñeco son las tripas,
los riñones y la voz.

Y lo que dan de coitán
lo aporta Mario Escobar,
No es agua del río Coatán,
es agua para libar.

Ahí viene la historiadora
bien pulida La Pulido.
Se la llevan por malora
por hacer presente lo ya ido.

Los huesos de Trinidad,
son unos huesos sin sal.
Ya te hicieron la maldad
por creerte Remesal.

Y acá está Pepe Trujillo
creyéndose el gran cronista.
Ay, Pepillo, ay Pepillo,
tu morada ya está lista.

Con hermosa arquitectura
ya decidimos tu suerte.
Sólo harás crónica pura
ya no en vida, sino en muerte.

¿Y quién es el que anda y anda
con el suéter y chamarra?
Es la crónica en bufanda,
la palabra envuelta en parra.

Y envueltos en bello hato
van los huesos de Efraín.
Se lo echaron en un plato,
sin ser Abel ni Caín.

Y la bella Rosa Hortensia
por creerse gran actriz,
hoy actúa su imprudencia
con sus huesos sin barniz.

A la Tony no olvidemos
que ella gusta del ayer.
Ya perdió sus crisantemos
pues ella "pagó por ver".

Por vender artesanías
bien bordadas y bien finas,
hoy sus patas ya bien frías
son piraterías chinas.

Y las calacas orondas
dijeron ¡ya cumplimos!
Ya nos vamos bien cachondas,
ya comimos, ya bebimos.

Más enfrente de la puerta
hallaron a Molinari.
Él temblaba en la reyerta,
como ratón en zafari.

No se salvó el conductor,
se presentó ante el cadejo:
No estás acá por hablador,
estás acá por pendejo

Y tan, tan.