miércoles, 7 de diciembre de 2011
LOS DESPEÑADEROS LITERARIOS
A mí no me preocupa que el próximo Presidente de la República (el que llegue) no sea lector de libros; no me preocupa que “tataratee” al tratar de decir cuáles son los tres libros que más le han marcado en la vida.
Dicen que Peña Nieto, candidato del PRI a la Presidencia de la República, en la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, no pudo responder la pregunta: “¿Cuáles son los tres libros que han marcado su vida personal?”
Lo que preocupa es que, en intento de aparentar lo que no es, olvide ser lo que es. Preocupa que, a partir de este instante, los asesores de tal personaje le den una síntesis del contenido de libros que deberá presumir de su lectura, y se muestre ante el mundo como consumado lector. Es preferible conocer la realidad y la realidad es la que el Ex presidente Fox y este candidato nos han presentado. ¡La realidad es que nuestros gobernantes no son amantes de las Bellas Artes! Los políticos mexicanos aman todo lo que tiene que ver con el cuerpo y la materia y no con el espíritu. ¡Esta es la realidad del país!
Si le hubiesen preguntado: ¿cuáles son los tres futbolistas más importantes, o sus tres comidas favoritas, o sus tres deseos para el mundo, o las tres películas inolvidables, o los tres cantantes de pop más relevantes?, habría respondido de inmediato. Esta inmediatez nos indica la realidad del país: ¡hemos crecido bajo el efecto de la mediocridad que imponen los grandes emporios de la comunicación! (que es como decir Televisa o TVazteca. De hecho nos dicen que Peña Nieto es otro producto mediático, artificialmente inflado).
¿Qué puede responder el mexicano promedio si le preguntan: cuáles son los tres compositores musicales clásicos de su preferencia, cuáles los tres pintores del siglo XX que más han marcado su vida, cuáles las tres óperas favoritas, cuáles los tres novelistas mexicanos más relevantes?
¿Qué puede responder el chiapaneco promedio si le preguntan: quiénes son los tres pintores chiapanecos más importantes, cuáles los títulos de tres novelillas escritas por narradores chiapanecos?
Es una pena que Peña Nieto no haya leído, cuando menos, “El Príncipe” o “El Arte de la Guerra” que, parece, son libros de cabecera de quienes pelean el poder, pero ¡pasa nada!
Lo preocupante es que los gobernantes eviten que la niñez y juventud mexicanas sean grandes lectoras. Si ellos viven felices inmersos en sus mundos terrenales ¡está bien! Lo que no es ético es poner diques para que sus gobernados ¡vuelen en el mundo de la imaginación y de la inteligencia!
Por esto, independientemente de quién sea el próximo gobernador de Chiapas (de la relación de calenturientos no se aprecia algún verdadero amante de las Bellas Artes), exijo que, cuando menos, el encargado del despacho de Coneculta sea alguien amante de Chiapas y de las Bellas Artes; que sea -¡por el amor de Dios!- un amante de la literatura y respetuoso de la creación. Que no “tataratee” cuando alguien le pida los títulos de los tres libros que han marcado su vida (ojalá que “El libro vaquero” no sea uno de los elegidos).
Si el Presidente de la República no es lector es porque sus antecesores fueron apáticos hacia el arte y no construyeron los puentes para acceder al placer de la lectura.
Si el próximo Gobernador de Chiapas quiere dar chamba a sus amigos y compadres ¡que lo haga!, pero, por favor, que en la Secretaría de Educación y en Coneculta ponga a chiapanecos talentosos y comprometidos con el arte.
Si él no va a leer literatura, porque su encargo le demandará dedicar todo su tiempo a resolver los ingentes problemas de este Chiapas apesadumbrado, que cuando menos, el encargado de Coneculta ¡sí lo haga, por convicción y por placer, para que, por placer y convicción, impulse la lectura!
Cuando leí la nota de Peña Nieto, pensé en mis tres libros. Igual que él elegiría La Biblia, me encanta leer los Salmos y el Cantar de los Cantares; “Rayuela”, de Cortázar, por su capacidad lúdica de plantearse las interrogantes de la vida; y “El Principito”, de Saint-Exupéry, porque me ayuda a pepenar las huellas del niño que fui y que aspiro a ser. Siempre que alguien me pide una recomendación para regalar un libro a un adolescente le sugiero “El Principito”. Quien no es tocado por este libro maravilloso ¡no será lector nunca! ¡Mejor que se dedique a patear al balón!
¿Y vos, querido lector, cuáles son tus tres libros?