viernes, 27 de febrero de 2015

LECTURA DE UNA FOTOGRAFÍA DONDE APARECE UNA PALABRA LUMINOSA




Cuentan que hay un pueblo que es un pueblo cotzero. Este pueblo es único en el mundo. Sus moradores comen tzizim, beben macharnudas y echan cotz. Los extraños se asombran ante la sonoridad de esas palabras que refieren a conceptos, también, asombrosos. ¿Qué es tzizim? ¿Qué es macharnuda? ¿Qué es cotz? Los extraños llegan, caminan las calles de este pueblo luminoso. Caminan con cuidado porque sus subidas y bajadas tienen lajas y las lajas son muy resbalosas. Claro, los bebedores de macharnudas cuando resbalan a mitad de la banqueta le echan la culpa a las lajas resbalosas. Pero, los nativos saben que la macharnuda tiene un efecto demoledor, ya tío Tavo sentenció que el caminante caería bien bolo a un determinado número de calles.
¿Qué es tzizim? Tzizim es una hormiga que los nativos comen. Cuando inicia la temporada de lluvias, los tzizimes, como si fueran maestros en manifestación, salen de sus cuevas y vuelan. Los nativos toman cubetas llenas de agua y, con las manos, recogen montones de hormigas que meten a las cubetas. Esas hormigas las asan en comales, las ponen en tortillas recién hechas, les sueltan gotas de limón y disfrutan esos tacos. Los extraños no soportan la idea de comer hormigas. Creen que el pueblo cotzero es un pueblo extraño, un pueblo raro. Los nativos dicen que sí, son un pueblo extraño, un pueblo único. Los días en que el pueblo levanta tzizim son días de fiesta, las calles se llenan de personas, niños, jóvenes y viejos. Como si fuesen en peregrinación caminan de un lado a otro, corren, y levantan las hormigas que, saben, luego, doradas, será un manjar exquisito. En los mercados, las mujeres colocan sus canastos de mimbre y venden las “medidas” de tzizim. “¡Ah, pucha, está muy caro!”, dicen algunos compradores. “¡No lo compres’té!”, dicen las vendedoras y siguen arrullando a su pichito que cargan en la espalda.
¿Qué es la macharnuda? Es una bebida alcohólica que inventó tío Tavo Penagos. La leyenda cuenta que cuando alguien entraba a la cantina “La Marina” y pedía una macharnuda, tío Tavo preguntaba: “¿De cuántas cuadras lo querés, hermano?”. Y la leyenda concluye diciendo que el cantinero preparaba la bebida con tal precisión que si el beodo pedía una macharnuda de tres cuadras, justo al cumplir tal cantidad, el caminante caía bien bolo. Los bebedores, por lo regular, pedían una macharnuda que les permitiera llegar a su casa. ¿Qué ingredientes contiene la macharnuda? Eso es un secreto. Los bolos (borrachos) no saben si el secreto de la borrachera consiste en la mezcla del azúcar con el alcohol en cantidades desmedidas.
Y el cotz ¿qué es? Ah, esa es la máxima expresión de ese pueblo. En el mundo no todo mundo acostumbra comer insectos ni beber bebidas alcohólicas. Pero, casi casi puede asegurarse, que en el mundo no hay persona que no eche cotz. Echar cotz significa elegir una pareja, tomarle su manita, darle besitos en su cara, en sus brazos, en sus piernas, en sus muslos y en su entrepierna y luego, ya cuando el horno está para cocer marquesote, todo mundo dice que es hora de mover el bote, hora de ¡echar cotz! Así, pues, el lector avezado ya entendió por qué cuando decimos que casi todo mundo echa cotz sin saber que echa cotz es porque casi todo mundo hace travesuras en las camas para preservar la especie.
Por eso, en este pueblo cotzero la vida se vive en su máxima expresión. A veces, los amigos se reúnen con las amigas, toman una macharnuda, comen tzizim como botana y ya, entrados en la cachondería, se van a los cuartos o a mitad del campo, tienden una cobija, y ¡echan cotz!
Los expertos dicen que no hay cosa más rica que echar cotz, cotzito rico y jacarandoso. Los más prosaicos dicen que no hay como echar cotz con pelos; y los que no tienen perdón de Dios (cochinos) insisten que lo mejor es el cotz con pelos y la turusa en caldo (¡Señor, estos últimos no tendrán perdón el Día del Juicio Final y arderán en el fuego del infierno por los siglos de los siglos, amén!).
Hay un pueblo único en el mundo, un pueblo que disfruta la vida, es un pueblo cotzero. Como cualquier pueblo del mundo no se aparta de las estadísticas mundiales, buen porcentaje de muchachitas bonitas ya entrena duro a partir de los catorce o quince años. Si existiera un Concurso Mundial de Cotz, no dude el lector que este pueblo cotzero quedaría en los primeros lugares. Algunos afirman que lograría el primerísimo lugar.