jueves, 21 de septiembre de 2017

ELOGIO PARA MARICRUZ




Medio mundo, ya lo he dicho, me pregunta ¿Quién es Mariana? Pero ayer, en un desayuno, Memo cambió la pregunta: “¿Oí, compa, quién es Maricruz?”.
Ambos sonreímos. Yo sabía porqué lo preguntaba. Sucede que Maricruz es primer lugar, tiene la medalla de oro.
Espero que ahora no suceda como cuando un comentarista de fútbol elogia a un jugador y un minuto después el merecedor del elogio recibe el balón y, justo frente a la portería, lo vuela, lo manda por encima del marco y el balón va a dar a las tribunas, provocando la rechifla de los aficionados. El espléndido jugador hace el peor “oso” de su vida y lo hace precisamente un minuto después que el comentarista se había deshecho en loas y aplausos.
Espero que no suceda así. Espero que esta Arenilla, que es un agradecimiento para Maricruz, sea compartida en las redes sociales, primero antes que nadie, por ella, por Maricruz. Porque, Maricruz tiene el primer lugar por compartir las Arenillas. ¿Cómo le hace? No sé. Cuando, en las mañanas, subo la Arenilla del día, advierto, con satisfacción, que uno o dos minutos después ya fue compartida y, casi siempre, quien lo hace ¡es ella! (Mariana, un poco celosa, me dijo el otro día que ella no compartía mis textos, porque -lo dijo con tono irónico- “Ahí estaba la famosa Maricruz compartiéndola”).
Sí, debo confesar que me siento chento (en comiteco, la chentura es orgullo). Una vez alguien en el Facebook preguntó qué era más significativo: ¿Qué alguien le diera Me gusta a la publicación o la compartiera? Soy de los que piensan que es más relevante compartir, porque eso es como partir una manzana y repartir cachitos entre los amigos, porque la manzana está rica y es buena para la salud y debe compartirse con los afectos (el abuelo de Jorge, don César, siempre repetía el dicho popular: “Manzana y miel de abeja ¡la muerte de tu cuerpo aleja!; es decir, la manzana le hace bien al cuerpo y al alma). Maricruz, por lo regular, un minuto después que subí mi texto lo comparte en su muro y en el muro del grupo Imágenes Históricas, Leyendas y Personajes de Comitán (página que tiene más de once mil seguidores). Entiendo a la perfección que Maricruz parta la manzana y la comparta con los amigos de su muro, pero me sorprende mucho que lo comparta en la página creada por Francisco Domínguez (quien radica en San Luis Potosí). Me sorprende porque la página de Francisco fue creada para compartir ¡imágenes históricas, leyendas y personajes de Comitán! Mis textos no son históricos, ni rescatan leyendas, ni se refieren a personajes del pueblo. Las Arenillas, Maricruz lo sabe muy bien, son meros divertimentos que juegan con la palabra y la imaginación. En ocasiones tocan de manera tangencial el corazón de Comitán, pero en otras ocasiones vuelan por otros territorios, muchos de estos ¡fruto de la invención! Por esto, cuando hace ya algún tiempo vi que Maricruz compartía la Arenilla en la página del grupo pensé que los administradores de la página eliminarían el texto porque no cumplía con el fin para el que fue creada la página, pero grande fue mi sorpresa al comprobar que el texto se quedó ahí y, conforme pasó el tiempo, fue admitiendo las Arenillas que Maricruz compartía. Tal vez, un administrador se preguntó al inicio: ¿Por qué Maricruz comparte los textillos de Molinari? ¿Por qué? Igual que Memo se preguntó: ¿Quién es Maricruz?
Recuerdo a Maricruz en la secundaria. Yo estudiaba en la prepa, en el mismo edificio y, de igual manera que topábamos con decenas de compañeros, de vez en vez me topaba con Maricruz. Ella era una niña (una muchacha bonita) muy perseguida por muchos admiradores. Así la recuerdo. Ella y yo jamás hablamos, porque nada teníamos que hablar. No fuimos amigos. Fuimos conocidos.
Pero ahora, desde que subo mis textos en las redes sociales ella comparte las Arenillas en primer lugar. Ella (tal vez Francisco Domínguez no se ha dado cuenta) también es primer lugar en la página del grupo, porque ha sido fiel “colaboradora” de la página donde, imagino, uno o dos paisanos leen mis textillos (esto lo compruebo cada vez que el propio Francisco o Hugo Fritz escriben algún comentario). Debo decir que Maricruz ha hecho que las Arenillas sean ya como una laja en la banqueta maravillosa de la comunidad Imágenes históricas.
La otra noche me topé con Maricruz en el Museo de la Ciudad. Mi Paty y yo estábamos sentados detrás de ella. Le dije a mi Paty que iría a saludar a Maricruz. Me acerqué y le dije que le agradecía por compartir mis textillos en la red, le dije que ella me estaba haciendo famoso. Ella rio. Fue entonces cuando le dije que era el Primer Lugar en compartición. Un segundo después, la güerita María Antonieta Villatoro (quien estaba sentada a su lado) dijo: “Yo también las comparto, Alex”, lo dijo con vehemencia, como reclamando un mérito que le estaba negando. Sonreí, puse mi mano en el hombro de María Antonieta y dije que sí, que le agradecía también su generosidad, pero que Maricruz era ¡el primer lugar! Me sentí muy chento. La güerita quería subirse también al podio donde suben los campeones compartidores de las Arenillas. ¡Ah, era un sobrado homenaje! ¡Sobradísimo!
Hay muchos lectores generosos que comparten las Arenillas. A cada uno de ellos les agradezco su dadivoso obsequio. Miguel García Callejas, por ejemplo, quien vive en Nopala de Villagrán, Hidalgo, comparte mis Arenillas cada mañana. Imagino que él piensa que alguien de sus amigos puede encontrar alguna idea interesante en mis textillos. ¿Nopala de Villagrán? Sí, así se llama su pueblo y ahora, gracias al Internet y a mi amistad virtual con Miguel, he entrado a ver algunas fotografías de su lugar de residencia. Muchos amigos comparten mis textillos. Agradezco su generosidad, pero que quede claro (y que nadie se moleste, por favor), el primer lugar le corresponde a Maricruz Aguilar Gordillo, quien ha exagerado su generoso gesto y comparte mi texto un minuto después que subió. La Maricruz me está haciendo famoso. Ella es primer lugar en compartir Arenillas y primer lugar en subirlas al grupo de Imágenes Históricas de Comitán.
Si yo fuera más embelequero, si no fuera tan escaso en relaciones sociales, procuraría una ceremonia que reconociera la embelequería de Maricruz. En el Museo de la Ciudad, el mismo donde la saludé, convocaría a medio Comitán para que fuera testigo del acto donde Francisco Domínguez (invitado de honor) hiciera entrega del premio “Embelequerías” a Maricruz. Pero soy muy escaso, soy muy ish, y no tengo más para dar, sólo esta Arenilla, que pretende ser un elogio por hacer algo que nada lo obliga a hacer, sólo la complicidad entre lectora y escritor, sólo un guiño de amistad. Ella piensa que mi texto es como una manzana que hace bien y, generosa, lo comparte con los demás. Ha compartido tantas Arenillas que éstas ya formaron un grano de arena. ¡Gracias!
Espero, entonces, que Maricruz no falle. Que ahora no mande el balón a las tribunas. Espero que ella sea la primera en compartir este textillo en el que le envío un abrazo con mucho afecto.