viernes, 3 de octubre de 2025
CARTA A MARIANA, CON PAÍSES CIVILIZADOS Y PAÍSES BÁRBAROS
Querida Mariana: a veces intento hacer una revisión histórica de lo que somos como país. ¿Cómo llegó México a ser lo que es? Nuestra patria (esto lo digo yo, sólo de mera apreciación) es un país con una gran civilización y a la vez es un país habitado por un pueblo bárbaro.
A veces veo fotografías de nuestro patrimonio cultural prehispánico y me quedo asombrado con la grandeza de los actos culturales. Pongo la cara que, cuentan los historiadores, pusieron los hombres “barbados y blancos”, maravillados ante el prodigio que tenían ante sus ojos. ¡Dios mío!, llegaban a un pueblo bárbaro, provenían de pueblos civilizados, y sin embargo se rendían ante el genio de los compas de este lado del océano, de esta nueva tierra. Me apena decir que los “civilizados” lo eran porque no portaban flechas como los nuestros sino arcabuces y esto aterrorizó a los grupos indígenas. Pucha, el conocimiento de la pólvora influyó en la percepción de que España era un país “civilizado” y el nuestro un bárbaro.
Por eso muchos historiadores sostienen que el país actual viene de ahí, de la mezcla de ambas culturas. Pues sí, nada de ello se puede evitar, de ahí venimos, somos resultado de ese encuentro, brutal, sin duda, pero apasionante.
Pero si rascamos un poquito más en la historia de los países civilizados encontramos que no lo son tanto. Mis amigos viajeros dicen que como no salgo de mi casa no tengo una buena apreciación de las diversas culturas. A veces, dicen, sobrevaloro algunos países y soy malinchista, porque pongo a nuestro país como un territorio lleno de prácticas bárbaras, como si dijera que el comportamiento actual sigue conservando la esencia de los rituales donde los sacrificios humanos ocupaban el top de los valores culturales.
A mí me gustaría vivir en un país civilizado al ciento por ciento, México no lo es. Mis amigos dicen que ese país utópico no existe en el mundo. ¿No? Yo escucho pues que hay países en Europa que están muy por encima de los países “bananeros” de nuestra América Latina. Mis compas se botan de la risa cuando oyen que digo países bananeros, dicen que eso fue antes, que ahora Latinoamérica tiene países altamente civilizados. Cuando escucho esto sé que me pondrán como ejemplo a Costa Rica, que dicen es un país civilizado de América. Pero jamás han mencionado a México. Es cuando, como taxista que pelea el pasaje, brinco y digo: ¿ven? México no está considerado en el primer lugar de los países civilizados de acá, quiere decir que le gana la barbarie. Me basta salir en las calles de mi Comitán para cargar más piedritas: banquetas y calles sucias, baches, grafitis, rayones, automovilistas enojados, con celulares, tocando claxon, mentadas, autos sin afinación (incluido el tsurito), ventanas rotas, basura por todos lados. Esto no es una ciudad civilizada, es como una rémora de un territorio habitado por bárbaros. Vargas Llosa dijo en su novela “Conversación en La Catedral”: a qué hora se había jodido el país (habla de su país, Perú); pues lo mismo pienso yo de México, lo mismo pienso de nuestro pueblo ¿a qué hora se jodió Comitán?, porque en mi recuerdo de niño recuerdo a un Comitán más limpio, más amigable, menos lleno de basura. Basta mencionar que mi parque, el íntimo, era un espacio disfrutable donde todo mundo caminaba orondo, porque el piso era parejo, pensado para que los comitecos y comitecas diéramos vueltas y vueltas alegres, felices. Pienso que si la tradición de dar vueltas desapareció fue, en parte, porque ahora el piso está todo boludo, todo garapiñado, todo falso, todo agresivo.
Posdata: dije que leí “La vegetariana”, de la escritora Han Kang, que obtuvo el Nobel de Literatura en 2024, dije que no me deslumbró; pero hace días, Paty Cajcam me dijo que debería darle otra oportunidad (pensé que la tal Han Kang estaría muy preocupada porque el Molinari no le daba el reconocimiento que le dio la Academia Sueca). Así que me prestó la novela “La clase de griego”. Y debo aceptar que mi juicio como lector se extasió con esta novela. Ah, pensé, con razón ganó el Nobel. Esta novela sí me gustó. Y ahí hallé algo que me hizo pensar que hay bárbaros en todo el mundo. ¿Mirá qué hallé?
“Los automóviles circulan a velocidades temerarias por el asfalto (…) Las motocicletas que llevan comida en sus cajas metálicas rojas hacen acrobacias sobre la calzada, ignorando los semáforos y la señalización de los carriles…”. La novela está ambientada en Seúl, Corea, pero cuando lo leí imaginé que estaba hablando de Comitán. Dios mío, ¿en dónde están los civilizados?
Busqué en Internet y encontré que Seúl fue considerada la ciudad más habitable de Asia, en 2015. ¿Y ahora quién podrá defendernos?
¡Tzatz Comitán!