sábado, 4 de octubre de 2025
CARTA A MARIANA, CON UN PREMIO ESPECIAL
Querida Mariana: lo he dicho muchas veces, el Congreso del estado de Chiapas nombró el 2025 como Año de Rosario Castellanos Figueroa, para honrar y celebrar a nuestra pichita amada en el Centenario de su Nacimiento.
Durante todo el 2025 ha habido muchos actos celebratorios en diversas ciudades de México y en otros países.
El pasado 30 de septiembre, en sesión solemne, se entregó en el Senado de la República el Premio al Mérito Literario Rosario Castellanos a la escritora Silvia Molina, que sabés es una de mis consentidas.
No debemos olvidar que dicha presea se instituyó en el Senado de la República gracias a una iniciativa de Eduardo Ramírez Aguilar (actual gobernador de Chiapas) cuando fue senador. Cuando esto sucedió comentamos que nuestro paisano logró colocar en lo más alto del altar patrio el nombre de una escritora comiteca al lado de otro gran personaje de esta ciudad: Belisario Domínguez.
El galardón ha sido entregado a tres mujeres creadoras, la primera (en el año 2021) fue la poeta Elsa Cross, quien ha estado en varias ocasiones en Chiapas; en 2022 el mérito correspondió a Luisa Josefina Hernández Lavalle, dramaturga y novelista, quien, por desgracia, falleció un año después de recibir el reconocimiento. Ahora (2025), el mérito correspondió a Silvia Molina.
Si recibir el Premio al Mérito Literario Rosario Castellanos es ya un gran honor, recibirlo en este año 2025 tiene una significación especial, por lo que ya comenté, este es un año donde la vida y obra de Rosario se ha recordado en muchos espacios.
Las tres galardonadas lo han merecido. Elsa Cross es una buena poeta. Hace unos quince años, más o menos, tal vez más, leí la novela “El lugar donde crece la hierba”, de Luisa Josefina. Lo leí porque llamó mi atención el título, se me hizo muy poético y muy realista. ¿En qué lugar no crece la hierba? En todos los lugares y cada uno de ellos tiene un significado especial, si hay mucha hierba significa abandono, desamparo o lo contrario, el deseo de una vastedad prodigiosa. No recuerdo mucho de la trama de la novela, sólo que no me desagradó, cuenta algo de una mujer que permanece recluida por algo que hizo o algo por lo que la acusan, ya no recuerdo, pero la Hernández tuvo una gran capacidad para ahondar en el sentimiento humano. ¿Qué puedo decir de Silvia? Ah, se ganó mi corazón con la primera novela breve que publicó: “La mañana debe seguir gris”, que también es muy buen título. Esta novelilla es sensacional, con ella ganó el premio Xavier Villaurrutia, que es el premio que propios escritores y escritoras conceden a otro colega. Es algo muy justipreciado, porque por lo regular los propios compas escritores son los que ponen el pie para que resbalen los otros, los que los jalan para que no asciendan, sin embargo, el Xavier Villaurrutia es un reconocimiento de los pares y esto habla bien del premio. Bueno, pues la Molina ganó dicho premio y cuando leí la novelilla pensé que estaba muy bien ganado. Ya te conté que la novelilla cuenta la relación que la propia autora tuvo con el gran poeta tabasqueño José Carlos Becerra, ambos se conocen en Londres y tienen una relación simpática que se ve truncada con la muerte del poeta, Becerra tuvo un accidente automovilístico en una carretera de Italia. La novelilla es como un diario que escribe la autora, esto le permite una gran intimidad, que se refleja a la hora de la lectura. La historia de la relación se ve completada con una bitácora de hechos históricos que suceden mientras la trama se desarrolla, esto le da un gran sentido de verosimilitud, de cercanía con la vida de ese tiempo. Recuerdo con emoción una visita que la protagonista realiza en la Galería Tate, de Londres. En fin, disfruté mucho la novelilla. Tiempo después mi querido amigo Fito Gómez Vives me obsequió una novela más larga “La familia vino del norte”, donde Silvia narra también aspectos de su vida. Al leer este texto volví a descubrir la nitidez y claridad de su prosa, sin pretensiones logra una novela cuidada, que cuenta lo que debe contar.
Y ahora me enteré que Silvia obtuvo el galardón del senado, el que, gracias a la iniciativa del actual gobernador de Chiapas, nuestro paisano Eduardo Ramírez Aguilar, se concede a lo más alto de la literatura mexicana. Ya son tres nombres de mujeres que aparecen al lado del nombre de Rosario y la cuenta irá creciendo.
A mí me da gusto que se reconozca y se premie al talento literario. Acá en Chiapas se hizo una acción contraria, no recuerdo en qué momento el ejecutivo en turno, de un manazo sobre el escritorio, eliminó el Premio Chiapas, eso fue una gran ofensa al mundo intelectual del estado porque se envió el mensaje de que se ignoraba la creatividad.
Posdata: Silvia Molina en su mensaje de agradecimiento dijo que Rosario fue una escritora irónica e ingeniosa. Me gusta pensar que estos atributos los traía en sus genes y los pepenó en nuestra ciudad, su ciudad, Comitán. Doña Lolita Albores contaba que la mamá de Rosario, Doña Adriana, fue una mujer que poseía esos dos dones.
¡Tzatz Comitán!