domingo, 28 de septiembre de 2014

LECTURA DE UNA FOTOGRAFÍA DONDE ESTÁ UN FRUTO YA MADURO





Ya está a punto de rojo. No se sabe bien a bien por qué este fruto perdura en el árbol. Tal vez los niños que subieron y cortaron todos los demás frutos no lo vieron o, tal vez, vieron que ya estaba comido por pájaros. Mariana dice que es un calzón. ¿Un calzón? ¿A poco este árbol da calzones? No, tontito, dice Mariana. Alguien lo colocó ahí, desde la orilla de la carretera lo aventó. Tal vez, dice, fue una apuesta: ¿a que no lo pones en una rama? Y el otro intentó hasta alcanzar su objetivo. Mariana dice que tal vez se ayudó con una vara y así pudo colocarlo arriba. ¡Y ahí está! Decenas de autos pasan por la carretera y los choferes o pasajeros ven el árbol que prodiga calzones.
Si el lector ve con atención observará que en medio de tanto verde sólo hay dos señales con otro color: el calzón naranja y el amarillo que indica paso de estudiantes.
Mariana dice que esta imagen es común. ¿De veras?, pregunto. Sí, dice ella. He visto en muchos lugares pantaletas por todos lados. Ella dice que la pregunta no es cómo lograron colocar este calzón en la parte de arriba, sino ¿por qué un calzón de mujer está ahí? Los calzones de las muchachas bonitas (se sabe) están debajo de las faldas y de los pantalones. Puede ser que algún travieso roba un calzón del mecate donde está junto a la ropa que ponen a secar, pero, también, puede ser que esta marca sea la señal de una victoria. La muchacha bonita (en el mejor de los casos) se bajó el calzón, abrió las piernas y los muslos, en la parte posterior de un auto, y dejó que su amado jugara con ella. Ahí quedó la pantaleta, él le pidió que se la regalara. La muchacha, esa noche, al regresar a su casa, llegó sin calzón. Igual que su corazón y sus caricias, el calzón lo dejó en las manos de su amado, pero éste (se sabe cómo son los muchachos) llegó con sus amigos y mostró el calzón como bandera de triunfo. Muchas personas gozan al “bulbuluquear” sus éxitos.
¿Qué señala el aviso amarillo? Alerta a los automovilistas para que tengan precaución porque es paso de estudiantes. Mariana dice que este calzón naranja funciona como un preventivo. Los automovilistas bajan la velocidad al ver este fruto inusual y eso ayuda a que cuando se acercan al paso de estudiantes la velocidad ya es moderada.
La muchacha bonita, dueña original de este calzón, ¿qué piensa cuando pasa por debajo de este árbol? ¿Reconoce su calzón? ¿Qué recuerdo le hinca? Si el muchacho robó el calzón del tendedero, la muchacha debe hervir en coraje, como hierven los tamales dentro de la olla; si ella se entregó en la parte posterior del auto, ella, tal vez, se sonroja en el momento del recuerdo y sueña o se enoja porque su amado no conservó esa prenda en el lugar más oculto y dulce de su baúl, de su corazón. Pero, en la cara de Mariana aparece algo como un pájaro gris, y pregunta si esta prenda no es el símbolo de una relación violenta. Quedamos en silencio. En ese lugar todo está en silencio, los árboles apenas se mueven. Es en la tarde. Los estudiantes no van de un lado a otro de la carretera. Mariana, entonces, pregunta ¿de qué nivel es la escuela que por ahí está? ¿Primaria? ¿Secundaria? Ambos volvemos a quedar en silencio. Más tarde confesamos que nuestro pensamiento fue similar, pensamos que ojalá esta pantaleta haya sido el fruto de la travesura de muchachos que la robaron del tendedero; que, en el mejor de los casos, haya sido el recuerdo de una relación dulce como corazón de durazno. Por favor, que no sea la bandera de triunfo de una relación violenta, que no sea el grito de alguien que abusó de otro alguien.
Adelante hay un paso de estudiantes. El letrero avisa a los automovilistas. Hay que bajar la velocidad. Ya el fruto naranja del árbol quedó atrás. El fruto ya está a punto de rojo.