sábado, 3 de junio de 2017

CARTA A MARIANA, DONDE HAY UNA HISTORIA LLENA DE TALENTO




Querida Mariana: te anexo una fotografía. Es de esas que nombran “Del recuerdo”. Es testimonio del Segundo Congreso Regional Multidisciplinario, que, bajo la dirección del Rector Maestro José Hugo Campos Guillén, y la organización de la maestra Enedina Gutiérrez Miranda y alumnos del octavo semestre de la licenciatura en Trabajo Social, organizó la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar.
Toda fotografía posee la capacidad de fijar un instante, uno solo. El video es más generoso: abarca un lapso. La riqueza de la fotografía es que permite, a quien la observa, hacer una lectura más íntima. El fotógrafo se para frente al grupo y anuncia que miren al frente, porque ya hará la toma. (Antes, el fotógrafo pedía que miraran “al pajarito”. Lo que, ya sabés, movía a albur.)
En esta fotografía están los alumnos del octavo semestre, la maestra Enedina y el doctor Marco Antonio Torres Argüello, quien fue uno de los cuatro conferenciantes en el Congreso. El acto se celebró en el Teatro Junchavín, el pasado 26 de mayo. Si ves con atención, la fotografía está tomada en el vestíbulo del teatro.
Por ahí debe andar la fotografía donde aparecen las demás conferenciantes: la maestra Nínive de Coss Gómez, la licenciada María de los Ángeles Bringas García y la maestra Irma Leticia Canela Zambrano, quienes viajaron de las ciudades de México y de Tuxtla Gutiérrez para participar en este congreso.
El congreso resultó exitoso.
Si me das permiso dejaré a los demás ponentes un poco fuera de esta carta para centrarme en la participación del doctor Torres Argüello. Y lo haré porque fue la ponencia que más me impactó. ¿Por qué? Por dos motivos: el primero se refiere a un hecho general: el doctor Torres es comiteco; y el segundo se refiere a un hecho personal: su conferencia se llamó: “Yo soy. Desarrollo y calidad humana”.
¿Qué significa el hecho de que el doctor Torres sea comiteco? Hay una tradición, que no es exclusiva de este pueblo, donde muchas personas menosprecian la participación de un paisano y privilegian la intervención de “los de afuera”, como si el hecho de ser de otra parte del mundo fuera garantía de profesionalismo. Me da pena decirlo, pero he sido testigo en muchas ocasiones de tal fenómeno “malinchista”. En Chiapas (muchos lo han dicho) se desestima el talento local, en todos los rubros, bien sea en el área política, como en el área artística o científica. Muchos analistas políticos señalan la proliferación de funcionarios de primer nivel que son de otros estados de la república, “golondrinos” les llaman. La mayoría de éstos, como no tienen arraigo ni cariño por el pueblo, no se comprometen con el desarrollo sostenible del estado. Por estos días, querida mía, hay un caso ejemplar en el área artística: Ricky Martin vendrá a Chiapas. Los boletos tienen un costo elevado. No obstante ¡ya se agotaron! ¿Qué sucede cuando se presenta en el mismo foro un ballet de Chiapas? La asistencia es mínima, a pesar de que el costo de entrada es meramente simbólico. ¿Qué tanta diferencia existe en el aporte espiritual entre el famoso cantante y el grupo dancístico? Tal vez, sólo digo que tal vez, el ballet aporte más, porque resume la esencia cultural de un pueblo. ¿Qué decir de la reciente actuación de Ricardo Arjona? El foro estuvo llenísimo. Él cobró miles y miles de pesos. ¿Cuál fue su verdadero aporte? La participación del doctor Torres Argüello confirmó algo que está latente en todo el estado: hay talentos regionales que están a la altura de los mejores del mundo. Este intelectual es orgullo del pueblo, pero como anda siempre con gran sencillez, a veces pasa desapercibido. Fue un acierto que la Universidad Mariano pensara en él para participar en este segundo congreso y fue un honor para Comitán que él aceptara.
La historia del doctor es sencilla, pero llena de luces. Actualmente es director del Instituto de Estudios en Sexualidad Humana, del estado de Chiapas, que tiene su sede en nuestra ciudad. El Instituto ya cumplió su mayoría de edad (18 años) y se ha significado como un espacio que ha abierto la mente de muchas personas en la región. Se sabe que la sexualidad es un tema que fue tabú, hasta hace poco tiempo. Ahora, gracias a destacados profesionistas, como el doctor Torres, así como el doctor Eduardo Trujillo y el doctor Hugo Morales Zúñiga (fundadores del Instituto), cada vez se habla de la sexualidad con bases científicas y se otorga un clima de distensión en tema tan complejo y esencial.
Digo que la conferencia del doctor Torres llamó mi atención por el motivo expuesto y porque trató un tema en el que los asistentes se llevaron tres preguntas esenciales: ¿Quién soy? ¿A dónde voy? y ¿Con quién voy?
¿Mirás qué interesante? Bueno, pues esto fue lo que sembró el doctor en la audiencia y lo hizo con un gran desenfado y con solvencia intelectual.
¿Imaginás a un conferenciante vestido con esos enormes y bellísimos zapatos que usan los payasos y con una nariz también característica de personajes chuscos? ¿Imaginás a un conferenciante que, como si estuviera en un burlesque, se fuera despojando de su vestimenta? Bueno, pues esto fue lo que el doctor Torres hizo. Él ha llevado cursos de clown. Con gran profesionalismo llegó con dos horas de anticipación para preparar toda su utilería. Cuando comenzó su ponencia, entró “trepado” en una tortuga que le sirvió para establecer un diálogo introductorio. ¿Platicó con una tortuga? Sí, eso hizo. Luego dejó a la tortuga (para que ella no se cansara) y comenzó a quitarse las prendas de su traje formal, primero el saco y luego el pantalón. Debajo del traje vestía algo como un mameluco adulto, de esos que los gringos llaman union suit, color carne. El union suit es un pijama completo de una sola pieza. Con este traje, el doctor Torres hizo entender a su audiencia que se desnudaba, que quedaba sin el status que, se supone, debe acompañar a un conferenciante. Con esto, dijo: ¡Fuera máscaras! ¡Fuera protocolos pedantes! En la hora y media que usó para dar su conferencia, la audiencia tuvo muchos motivos para sonreír, para reír abiertamente, para sorprenderse y, sobre todo, para reflexionar. El doctor Torres motivó a la audiencia a botar la solemnidad y a buscar el niño interior, hallazgo esencial para dar respuesta a la pregunta: ¿Quién soy?
Vos sabés, mi niña, que los sabios de todos los tiempos siempre han insistido en el conocimiento interior. Los que saben dicen que en el pórtico del templo de Apolo, en Delfos, estaba inscrita la siguiente frase: “Conócete a ti mismo”. Todos los que entraban al templo leían este aforismo, para que no olvidaran cuál es la esencia del destino del hombre. La tía Pilita le dijo a su hijo Romeo, cuando éste insistía en que quería conocer a una muchacha para hacerla su novia: “Ah, joder, primero conocete vos y luego ya me contás que querés conocer a la fulana”. La tía nunca estuvo en el templo de Apolo, pero sabía que lo esencial es el conocimiento de uno mismo.
La mañana del Congreso salí satisfecho. Vi que la audiencia, compuesta en su mayoría por jóvenes profesionales y por estudiosos del trabajo social, también salía satisfecha. Me sentí bien, porque supe que la universidad Mariano había provocado ese foco de energía. Los asistentes se llevaron conocimientos y motivos de reflexión abonados por los ponentes.
Cuando el doctor Torres terminó su conferencia, la audiencia reconoció su entrega y talento con aplausos. Él caminó hacia los vestidores. De nuevo, como estuvo al principio, quedó solo. Se puso el pantalón del traje y se quitó los zapatos de payaso. Sin duda que, frente al espejo, se quitó la nariz de payaso y quedó frente a su rostro. ¿Se hizo la pregunta: Quién soy?
Niña mía, ¿vos podés dar respuesta a la pregunta? Si yo te preguntara “¿A dónde vas?” podrías dar una respuesta válida. El otro día, el ingeniero Valdemar Aguilar, destacadísimo empresario comiteco agrónomo, dijo que su empresa tiene bien fijos sus objetivos a través de dos conceptos esenciales en la administración: Misión y Visión.
La Misión y Visión de una empresa dan respuesta, de manera esencial, de esas dos grandes preguntas: ¿Qué soy y hacia dónde voy? Yo digo: Si una empresa profesionalmente dirigida da respuesta a ello, por qué los seres humanos no reflexionamos en tales columnas vertebrales. ¿Qué somos? ¿Hacia dónde vamos?

Posdata: El doctor Marco Antonio Torres Argüello es comiteco. Cuando subió al escenario del teatro lo demostró al usar modismos, lo demostró al disertar de manera talentosa. ¿Quiénes somos los comitecos? Al ver al doctor Torres me quedó claro que somos personas sencillas, pero llenas de grandes virtudes. No todo mundo lo reconoce y eso es un problema. Ahora bien: ¿Hacia dónde va Comitán? ¡Ah, esa es la pregunta que queda en el aire! Parece que no lo tenemos muy claro. No hemos tenido la capacidad de diseñar nuestro destino. Hemos dejado que nuestro futuro sea modelado, en muchas ocasiones, por “golondrinos”, políticos que estuvieron en las oficinas de palacio y ahora ya no están acá.
Comitán, digo yo, debería ser moldeado por gente que ame a este pueblo. Un día podremos decir, con orgullo, que el destino de esta ciudad está siendo hecho “A la comiteca”, y decir “A la comiteca” significará ¡Bien hecho, con amor, con cuidado!
Una fotografía es un instante. ¿Qué es la vida? Es apenas otro instante. ¿Qué mirás en esta foto que te anexo? ¿Te dice algo?