martes, 27 de junio de 2017

LECTURA DE UNA FOTOGRAFÍA QUE MUEVE A CONFUSIÓN





Es un recorte de prensa de un tiempo pasado. Habla de los tiempos en que el magisterio hacía de las suyas y abandonaba el aula para defender sus derechos en manifestaciones callejeras, banqueteras y placeras.
Esta noticia, sin duda alguna, resultó halagüeña a los padres de familia, no tanto a los alumnos y mucho menos a los maestros que, la mera verdad, preferían estar tirados en hamacas y colchones, viendo televisión, jugando cartas, leyendo revistas y bordando chambritas, que dando clases.
La noticia es de un tiempo pasado, de un tiempo en que las aulas quedaron vacías, como si fueran esas cajitas donde los mexicanos guardan sus sueños y esperanzas de una mejor patria.
El periódico publicó la noticia con gran alborozo, para que sus lectores se informaran que, por fin (gracias a Dios), los maestros regresaban a clase.
Los lectores se apresuraron a comprar el periódico cuando vieron y escucharon tal noticia en los puestos de revistas y en las manos de los voceadores (que levantaban la mano con el periódico y gritaban: “¡Regreso a clases!”).
Pero, una vez que tuvieron el ejemplar en sus manos entraron en un laberinto de confusión. ¿Levantan platón? Como el titular estaba escrito con mayúsculas no podía diferenciarse si el platón era con minúscula inicial o con mayúscula inicial. Porque si fuese lo primero se referiría a un simple platón, pero si era lo segundo, significaba que habían levantado a Platón. ¿Cuál era el verdadero mensaje?
¿Habían levantado platón? Sí, dijo tío Concho, los maestros ya levantaron el platón de botanas y describió cómo los maestros pedían, en sus campamentos, a la hora de la comida, un platón con costillitas, frijol refrito, queso, tostadas (de las medianas, de manteca), pedazos de butifarra, chorizos, longanizas, salsa verde molcajeteada, chicharrón de panza, carne salada, picles y lomo relleno. Ya levantaron el platón, confirmó tío Concho, y ahora regresarán a sus casas a comer lo de siempre: chayote con huevo, frijol de la olla y café con pan. Y tío Concho explicó que tal titular tenía su significado oculto. “Levantar platón” no sólo significaba lo que había explicado, sino, también, que los líderes se habían ido con la canasta llena de billetes. Como siempre sucede en un movimiento social, los cabezones, dijo el tío, llenan su platón con ricas viandas y se olvidan de la comida de sus compañeros.
¡No, no, no!, protestaron los integrantes de la Cofradía de filósofos de Güemes. ¡No, no! El titular del periódico se refiere al gran Platón, así, ¡con mayúsculas! ¿Por qué no recordáis, dijeron en la tribuna colocada a mitad de la plaza central (ahí, donde antes habían estado los maestros con sus carpas, tablas, colchas, anafres, hamacas, basureros llenos de botes de cerveza y condones usados), la certera frase de Platón que, a la letra dice: “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”? Los cofrades coincidieron en decir que tío Concho no se equivocaba en su análisis del comportamiento de los líderes, porque, al decir que el magisterio había levantado Platón, significaba que habían enterrado su ideal de procurar mejores condiciones de vida de los ciudadanos. ¿No os habéis dado cuenta que cada vez que los maestros se manifiestan en la calle, lo hacen no por ellos, sino por los oprimidos de este sistema? Como Platón sentenció, al lograr un mejor bienestar del prójimo, ellos también encuentran su bienestar. Esto y no otra cosa ha sido siempre la ejemplar labor de los maestros. Cuando los líderes aceptan las prebendas y dádivas que, como limosna, en lo oscurito, los poderosos les sueltan, traicionan los grandes movimientos sociales. Los integrantes de la Cofradía alabaron el titular del periódico y dijeron que era un modelo ideológico subliminal. Con gran astucia, y a través de dos simples palabras, simples, pero inmensas, habían transmitido una certera crítica hacia el sindicalismo charro.
Rómulo fue más contundente. No estuvo de acuerdo con los análisis anteriores. Al ver el periódico, simplemente dijo: “¡Qué pendejos! En lugar de plantón escribieron platón. ¡Mudos!”.