sábado, 14 de octubre de 2023

CARTA A MARIANA, CON FOTITO EN EL CENTRO CULTURAL ROSARIO CASTELLANOS

Querida Mariana: en la foto está la poeta Marvey Altuzar Figueroa, al lado de un cuadro de Enrique Peko, titulado “Balún Canán”, participante en la exposición “Rosario en la mirada de 11 pintores chiapanecos”. Fui a la inauguración del Festival de Aniversario en celebración del cuadragésimo octavo aniversario del Centro Cultural Rosario Castellanos, dedicado en memoria de Óscar Bonifaz. La poeta Marvey presentó esa tarde su libro “Aullido de agua”, poemario con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía “María Elena Solórzano” 2023. ¡Nadita! Como dijo un connotado intelectual chiapaneco, Marvey es voz imprescindible en la poesía chiapaneca. Ella es mi amiga, es mi privilegio. Marvey vino a presentar su libro en la Feria del Libro 2023, en la UNACH; luego lo presentó en su pueblo: La Trinitaria; y el 10 de octubre estuvo en el Centro Cultural Rosario Castellanos, en su otro pueblo: Comitán. Le encanta el argüende. Fijate que, según información del Centro Cultural Rosario Castellanos, el Festival de Aniversario se celebra desde el año 2019 (tal vez con intermitencia en el año de la pandemia, no lo sé). Ha sido un feliz pretexto para dar a conocer valores artísticos de la región. El poeta Arbey Rivera, actual director del Centro Cultural Rosario Castellanos, ha impulsado esta iniciativa, misma que este año contempló festejos durante cuatro días: del 10 al 14 de octubre. Una fiesta del color, de la imaginación, del vuelo, fue el festejo. El día 10 se inauguró la muestra plástica con obra de catorce artistas. Genial. La tarde de inauguración no pude ver toda la muestra porque había mucha gente. Vos sabés que me gusta apreciar los cuadros sin interrupciones. Le pedí a Marvey que se colocara al lado del cuadro con el retrato de Rosario y un día después regresé al Centro Cultural para apreciar ese y todos los demás cuadros. Me encantó la idea de celebrar a la Chayo a través de muchas miradas contemporáneas; cada uno de los cuadros expuestos fue un vaso comunicante con la vida y obra de la escritora; lo que quiere decir que no sólo está ella sino también toda la esfera que la formó y que ella realizó. Ahí están fragmentos de nuestra identidad. Con su personal estilo cada artista formuló una mirada especial. ¡Padre! ¡Padre y madre! Cuando llegué al Centro Cultural el día 10 ya había sido el corte de la reja de papel de china, inmensa reja colocada en la entrada monumental, y la marimba “Maderas Comitecas”, bajo la dirección del maestro Wilebaldo López López, había interpretado las mañanitas y una canción dedicada a Óscar Bonifaz, de la autoría de Enrique Penagos Rovelo. No podía faltar la marimba en un festejo comiteco, en un festejo que celebraba cuarenta y ocho años de vida de ese centro, que ha estimulado el talento de tantísimos chavos y chavas de la región. Sé que hay ahora grandes artistas que iniciaron su aprendizaje en la llamada Casa de Cultura. El tríptico con la programación explica que fue en el año 1999 cuando cambió el nombre de casa de cultura a Centro Cultural Rosario Castellanos. ¿Qué otros actos celebratorios hubo? Ya mencioné la presentación del libro de Marvey, el toquín de la marimba y la muestra plástica. Hubo, además, danza contemporánea, con coreografía de Cristel Aguilar; performance de Escudo Jaguar Teatro; Concierto de piano y guitarra; testimonios de vida de Óscar Bonifaz, por parte del poeta Sergio Peña y de las hijas del escritor: Olivia y Gaby Bonifaz; concierto de guitarra, con la participación de alumnos del Centro y la conducción de los maestros Cothy Soto, Juan de Dios Merino y Pascual Ramos; danza folclórica, con el grupo del maestro Erwin Rodríguez; lectura de textos de Rosario y Bonifaz; un concierto de música mexicana, con la soprano Martha Mejía y Pablo Rodríguez en la guitarra; presentación del documental “Una piedra en mi zapato”, brillante testimonio que filmó hace años Zarape Films, que dirigen los multipremiados Ricardo Villanueva y Carolina Guillén (Carolina acaba de obtener el tercer lugar en el Concurso Latinoamericano de Argumentos de Largometraje); lectura de poemas de Rosario y de Bonifaz, por parte de Roberto Arriaga, Anita Trujillo y José Alfredo Gómez Pinto. Como mirás fue un guateque cultural sensacional. Harta pachanga, harta bulla, convivencia, el patio y corredores llenos de vida, tanta, que el viernes estuvo programada una siembra de flores en el jardín, en el jardín del Centro Cultural de Comitán de Las Flores, donde están los amores, los que quieren de verdad. Y escribo esto porque siempre recordamos al compositor tapachulteco, autor de la canción Comitán, cuyo nombre lleva el auditorio del Centro Cultural. Fui a argüendear un ratito, vi de rapidito algunos cuadros; saludé a Marvey, quien platicaba sabroso con el orador Darinel B’ejalltik (quien fungió como maestro de ceremonia). Marvey metió la mano en su bolso y sacó un ejemplar de su libro y me lo obsequió. Luego estuve un rato con mi amigo Amín Guillén; pasé a saludar al famosísimo Nuka, que llevaba un chucho o chucha, no lo sé y preguntó si le permitirían entrar con el animal al auditorio, yo dije que sí, el título del libro de Marvey es “Aullido de agua”, así que el chucho era como invitado de honor, entre aullidos te veás. Uf, cuántos amigos saludé. Por ahí asomó Humberto Pérez Matus, quien días antes anduvo por San Cristóbal y se topó con mi amigo Pepe Poo; también platiqué un buen rato con Rafita Moreno y con Carlitos Castro. Le dije a Marvey que al llegar a casa le entraría a su libro y cumplí. Hallé un poema que sintetiza el carácter de su poesía, donde habla una mujer contemporánea. No sé qué habrían pensado las señoras de los años sesenta del siglo pasado al escuchar los versos de este poema. En el poema “Omisión” hay una voz sin vestimenta, sin ambages; una voz que emite su sentimiento sin falsos pudores; la voz de una mujer que no duda en desnudarse plena, a los cuatro vientos. Para que mirés por dónde va el grito libertario, paso copia del citado poema: OMISIÓN Yo confieso ante Dios padre todo poderoso que he pecado de pensamiento, mucho, de palabra, otro tanto, de obra, todavía más, de omisión, no, nada. Y propongo firmemente no cumplir la penitencia. ¿Mirás? La poeta se asume pecadora, de acuerdo con lo que dicta la iglesia católica, apostólica y romana, confiesa que ha pecado y juega con la oración. Dice que ha pecado de pensamiento, ¡mucho! (ay, qué imágenes y escenas asomarán por la mente Marveyiana); que también ha pecado de palabra (por supuesto, los amantes saben que uno de los ingredientes de la pasión es la palabra candente); que de obra no se ha reservado ningún deseo (los ha cumplido casi todos) y que nunca ha omitido ninguna cinta de pasión. ¡Pucha! Qué manera de sintetizar el grito que quiebra todos los cristales de la mojigatería. Y para remachar lo dicho, expresa que no cumplirá la penitencia. Ella misma se absuelve, se mete al río de agua bendita y moja cada uno de sus pensamientos, de sus deseos, de las flores de su cuerpo y de las cintas más sublimes. Posdata: qué buena celebración, qué buen guateque. Y el Centro Cultural Rosario Castellanos comenzó a andar en 49 y pronto, a la vuelta de la esquina, celebrará su cumpleaños cincuenta. Marvey, en su gira chiapaneca, leyó el “Aullido de agua”, sólo para decir que es una voz de río limpio, impetuoso, cálido, que moja muchas orillas, que su voz siempre es húmeda, húmeda. Uf. Olvidaba decir que también hubo danza con coreografía de David Serrano y Abril Montalvo y como intérpretes David Serrano y Celeste Bacelis; y que yo presenté el libro que publico cada año. Ahora es uno que se titula: “Palabras que toman café”, con textos poéticos. Pucha, qué atrevimiento. ¡Tzatz Comitán!