En los trabajos repiten a cada rato: "Nadie hace falta, todos son prescindibles". Un poco para echar miedo a los que creen que su trabajo no lo puede hacer nadie más.
Yo no creo que esto sea cierto. En realidad, como cada ser humano es único, el trabajo que realiza lo es también.
Esta reflexión viene a propósito de que en los últimos días la página de comitecos punto com no está disponible. Ignoro el motivo por el cual la página de Carlos Gordillo no está en la red.
La página de Carlos hace falta. Hace falta el espacio en donde los comitecos expresan su opinión de manera libre (en ocasiones con excesos).
Gracias a páginas como Comitecos punto com, la sociedad puede hablar sin tapujos.
La semana pasada salió del aire el programa radiofónico de Carmen Aristegui. El grupo Televisa canceló su contrato por "incompatibilidad de criterios editoriales", que en buen cristiano significa: "la tal Carmen hablaba de más, en contra de nuestros sagrados intereses".
Cada consorcio de medios masivos de comunicación tiene sus politicas editoriales.
Yo colaboro con el periódico El Heraldo de Chiapas y sé que dicho periódico tiene políticas a las que sus colaboradores no podemos ni debemos afrentar. Nunca me han censurado ningún texto, tal vez porque jamás he cruzado esa línea. Cuando señalo algo que considero erróneo en la actividad pública de algún funcionario lo hago de manera respetuosa, siempre anteponiendo el paradigma de hacerlo por el bien de Chiapas. ¡Hay tantas cosas que funcionan mal en el país, porque muchos de los funcionarios públicos son ineptos!
Por eso un buen día decidí abrir este cuaderno de apuntes en donde la única política editorial es mi compromiso con la verdad.
La página de Carlos significó y significa uno de los más valiosos aportes a la libre opínión de las ideas en Comitán.
Hoy muchos escritores y periodistas contamos con espacios como este cuadernos de apuntes, pero Carlos fue píonero. Se atrevió a abrir una página en donde los comitecos han podido expresar de manera libre su pensamiento.
La tarea de Carlos no ha sido una tarea fácil. Corrió con el riesgo que corre todo aquel que se pone del lado de la libertad. Nunca falta el malintencionado o payaso que, escondido siempre detrás del anónimo, hace trizas las honras ajenas.
Comitán siempre se ha visto sujeto a chismes que hurgan de mala leche adentro de las sábanas y de las ollas. Poco a poco, gracias a realizaciones como la de Carlos, el pueblo entiende que la crítica es necesaria, siempre y cuando ésta se centre en las actividades públicas. El lodo que se avienta sobre la vida privada de los seres es terreno exclusivo de los cobardes.
Espero que pronto Comitecos punto com esté de regreso. Es una página imprescindible.