Comitán, desde siempre, ha sido un pueblo con especial sensibilidad hacia el arte. Las crónicas de los abuelos comitecos refieren la existencia de músicos, escritores y pintores de talento. Las nuevas generaciones también están ávidas de arte y, sin embargo, algo sucede y los jóvenes no encuentran un asidero.
¿Por qué Comitán no tiene un lugar de privilegio en el rubro de la creación?
¡Hace falta un cambio en materia cultural!
Las instituciones culturales no salen de un estrecho circulo local. Su mirada se detiene y rebota en los pequeños montículos que rodean al valle de Comitán.
Tal parece que el movimiento cultural sólo aparece en los escenarios de festivales que, de manera esporádica, organiza Coneculta Chiapas, y en donde, como siempre, la participación de los artistas comitecos es relegada a un segundo término.
Hace días recibí un correo de Rosy Velasco, comiteca comprometida con su pueblo. Rosy me comentaba que asistió a un concierto que brindó don Límbano Vidal. El espacio en donde ubicaron la marimba fue reducido. Rosy, con disgusto, me dijo que se le hizo una falta de respeto el trato que las autoridades locales le dispensaron al maestro. ¡Y esto fue ya un evento de esta administración municipal! Es una pena.
Aún no se entiende que el esplendor cultural se logra en la disciplina de la academia y del taller.
Voy entonces al ejemplo de Oaxaca y comienzo con una pregunta: ¿En dónde se generará un grupo de pintores que realice un nuevo aporte al arte, en Oaxaca, donde existe una biblioteca especializada en arte con miles de volúmenes a disposición de todo público, o en Comitán, donde los jóvenes tienen dificultad incluso para conocer qué es un tórculo, cómo se utiliza y para qué sirve? Creo que la respuesta es obvia. Voy un poco más allá en el mismo ejemplo. Los aprendices oaxaqueños tienen contacto con artistas que ya han logrado tener una mayor dimensión en el campo del arte, en Comitán ¡no!
(Continuará)