sábado, 16 de febrero de 2008

De premios


El presidente Felipe Calderón entregó ayer el Premio Nacional de Ciencias y Arte. Entre otros conceptos dijo en su discurso que a los niños se les debe inculcar en la escuela el "apetito" por el arte.
La anterior declaración es la aceptación tácita de una carencia: los niños mexicanos no se educan en el arte.
¿Es posible hacer un cambio desde la escuela? No lo creo y no lo creo porque conozco a muchos maestros de primaria que no comparten ese maravilloso "apetito" por el arte. ¿Cómo un bulímico en arte puede convidar el gusto por una buena alimentación espiritual?
Los únicos que pueden hacer esta transformación son los hombres y mujeres que aman el arte.
La transformación debe hacerse desde las llamadas casas de cultura.
Ivette Constantino es la nueva directora de la Casa de la Cultura de Comitán. Me comentan que es una joven de veintitantos años, nieta de don Enrique Constantino, aquel buen hombre que ponía su puesto de "lotería" en las ferias. La juventud de Ivette no debe ser obstáculo para hacer una buena labor, al contrario. ¿Cómo llegó a ocupar este puesto? No lo sé. Sin duda que, como la gran parte de nombramientos, la orden llegó directamente de Eduardo Ramírez. ¿Por recomendación de quién? ¿Qué avala a Ivette para ocupar este puesto? Por ahora lo único que respaldará su nombramiento es su trabajo. Para bien de Comitán, espero que Ivette ame el arte en todas sus manifestaciones; y, asimismo, tenga la capacidad para sembrar la semilla de luz.
Ivette debe retomar el concepto vertido por Calderón y poner énfasis principal en sembrar arte en la niñez comiteca.
En Europa los niños visitan museos a menudo. ¿Qué museos pueden visitarse en Comitán? En Comitán es preciso "inventar" el mundo. Esta será la tarea de Ivette (¿su nombre es con i latina o con i griega? Ojalá que su labor retome la esencia de las culturas latinas y griegas).