Hoy están de moda los artistas y directores mexicanos que "conquistan" Hollywood. Como si eso fuera lo más importante del mundo.
Felipe Calderón anunció que, como parte de los festejos del centenario de la revolución, se creará el Museo del Cine Nacional. ¡Vaya, hasta que se le prendió el cerebro al presidente! ¡Un Museo así hacía falta!
El día que en Comitán se cree el Museo de la Ciudad será preciso destinar una vitrina a la historia del cine en Comitán. Una vitrina en donde aparezca el primer cine que existió y las demás salas (yo viví el Cine Comitán y el Cine Montebello).
El cine en Comitán fue un faro que a muchos nos dio luz, llenó nuestras tardes con una luminosidad que venía de otros países. Fue el lazarillo que nos llevó a conocer otras culturas.
También habrá que consignar los esfuerzos por hacer cine. Aquellos comitecos que no se quedaron conformes con lo que veían en las salas de cine sino que intentaron llevar sus sueños también a la pantalla.
Francisco Gordillo, quien fue Director de la Casa de la Cultura de Comitán, realizó estudios de cine y dirigió varios cortometrajes. Su cine es pretencioso y denso, pero es el aporte más serio.
Existe otro antecedente: dos cintas filmadas por la familia Yáñez y que son dos cintas con un humor involuntario delicioso.
Hay gente que no desea conquistar Hollywood. Es gente que sólo intenta compartir sus sueños y, tal vez, no hay mejor forma de hacerlo que a través del cine.
Tal vez un día haya un Museo de la ciudad en Comitán. Ese día será bueno que en una sala exista un sistema de reproducción de videos y que pueda tenerse a la mano las cintas de Roberto y las de la familia Yáñez (más todos los intentos cinematográficos que se acumulen en la semana).
