martes, 13 de mayo de 2008

Feria

Trinitaria está de fiesta. Anoche se presentó un grupo de marimbas del estado en la explanada frente a la presidencia.
Pepe me contó que un árbol de laurel impide que el espacio donde la gente presencia los espectáculos no tenga más amplitud.
En tiempos normales la explanada es un espacio abierto siempre protegido por dos laureles (uno en cada extremo), en tiempos de feria el espacio se cubre con una estructura que alberga al auditorio, justo al lado de uno de los laureles se coloca el escenario. Si el laurel no existiera el espacio sería mayor.
Anoche, en el encuentro de marimbas, el espacio lleno de sillas fue suficiente para los espectadores, pero hoy, con la presencia del cantante Carlos Cuevas, esperan que el espacio se colme y sea insuficiente. Si el árbol no existiera, insiste Pepe, habría más espacio.
El laurel "incómodo" ha sufrido podas. Las ramas que se abrían como brazos juguetones sobre la explanada han sido cortados, con esa mutilación el ayuntamiento de Trinitaria ha ganado un poco de espacio.
Cuentan las malas lenguas que año con año al árbol le dan "su podadita". Poco a poco han ido aumentando la "mutilación". Ahora es un árbol que sólo extiende sus brazos hacia el otro extremo.
Por el momento el laurel ha resistido. No faltan los que insisten en que deberían tumbarlo de una buena vez por todas. ¡Total es un simple àrbol!
Pero tal vez no sea tan simple, por el momento es un símbolo de resistencia. Es el signo de los tiempos, es la sombra del avance y del desarrollo en contra de la luz de la tradición. ¿No es posible la convivencia eterna?
Pienso en los pájaros que han hecho ahí su casa, pienso en las parejas que han fajado al amparo de su sombra, pienso en los cielos que han llovido sobre esa fronda.
Como ahora el templete tapa el lado mutilado, el árbol no muestra su verdadero rostro.
Cuando termine la feria iré a Trinitaria y miraré el verdadero rostro de ese árbol sin brazos. Su rostro debe ser el de una cara torcida con el corte de pelo de "casquete corto".
Trinitaria está de fiesta. Por el momento el árbol sigue de pie.