Sergio Esquivel estuvo invitado para participar la tarde de ayer en un festejo popular. El DIF municipal organizó una verbena en el parque central de Comitán.
A las ocho de la mañana comenzaron a montar la estructura donde se presentaría el cantante. Me acerqué al equipo de avanzada y uno de los técnicos me comentó que Sergio llegaría a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, descansaría un rato y luego se dirigiría a Comitán. Supuse que Sergio llegaba en avión desde la ciudad de México, aún cuando sé que él radica en su estado natal: Yucatán. En Mérida tiene un taller de trova yucateca donde enseña los misterios de los caminos del Mayab a nuevos valores.
Me despedí del técnico y hallé junto a la fuente a un policía municipal a quien le pregunté para qué era esa estructura tan grande. Como aún no habían colocado el anuncio del evento, el policía me dijo algo más o menos así: "Es pue para el evento de la madre, va tocar alguien, pero debe ser chafa porque caso han dicho quién es. Cuando toca un conjunto bueno, como "La Raza" rápido lo anuncian, ahora no han dicho nada, seguro que es chafa".
Por fortuna el policía no era el encargado de promocionar el evento, de lo contrario nadie hubiera llegado.
Los jefes creen que los subalternos no deben estar enterados de los eventos a donde son enviados a vigilar. Los jefes no tienen la sensibilidad para apreciar que esos subalternos son el contacto más inmediato con el público. Nada les costaría a los jefes dar una mínima información a los subalternos a fin de que estos tuvieran esa mínima información para proporcionar a la gente que se acerca, mira una gran estructura con decenas de luces y se pregunta ¿qué habrá acá?
Sergio Esquivel es uno de los compositores más importantes de la música yucateca. En sus años de gloria (cuando participaba en los festivales que organizó la OTI), Sergio compuso una canción que describía los encantos de la antigua calle de San Juan de Letrán en el distrito federal, calle que hoy es un eje sin pena ni gloria. La canción es maravillosa.
Un abrazo para el cronista musical más importante de esa antigua bulliciosa calle de San Juan de Letrán.
A las ocho de la mañana comenzaron a montar la estructura donde se presentaría el cantante. Me acerqué al equipo de avanzada y uno de los técnicos me comentó que Sergio llegaría a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, descansaría un rato y luego se dirigiría a Comitán. Supuse que Sergio llegaba en avión desde la ciudad de México, aún cuando sé que él radica en su estado natal: Yucatán. En Mérida tiene un taller de trova yucateca donde enseña los misterios de los caminos del Mayab a nuevos valores.
Me despedí del técnico y hallé junto a la fuente a un policía municipal a quien le pregunté para qué era esa estructura tan grande. Como aún no habían colocado el anuncio del evento, el policía me dijo algo más o menos así: "Es pue para el evento de la madre, va tocar alguien, pero debe ser chafa porque caso han dicho quién es. Cuando toca un conjunto bueno, como "La Raza" rápido lo anuncian, ahora no han dicho nada, seguro que es chafa".
Por fortuna el policía no era el encargado de promocionar el evento, de lo contrario nadie hubiera llegado.
Los jefes creen que los subalternos no deben estar enterados de los eventos a donde son enviados a vigilar. Los jefes no tienen la sensibilidad para apreciar que esos subalternos son el contacto más inmediato con el público. Nada les costaría a los jefes dar una mínima información a los subalternos a fin de que estos tuvieran esa mínima información para proporcionar a la gente que se acerca, mira una gran estructura con decenas de luces y se pregunta ¿qué habrá acá?
Sergio Esquivel es uno de los compositores más importantes de la música yucateca. En sus años de gloria (cuando participaba en los festivales que organizó la OTI), Sergio compuso una canción que describía los encantos de la antigua calle de San Juan de Letrán en el distrito federal, calle que hoy es un eje sin pena ni gloria. La canción es maravillosa.
Un abrazo para el cronista musical más importante de esa antigua bulliciosa calle de San Juan de Letrán.