El Senado, por fin, aprobó el precio único para el libro. Esto quiere decir que en cualquier parte de la república mexicana los libros tendrán el mismo precio.
Por supuesto que esto no es la solución para incrementar los índices de lectura, pero sí es un paso importante.
En Europa dicha práctica ha resultado benéfica. Por supuesto, en Europa existe la sana costumbre de la lectura.
¿Quiénes se benefician de esta ley? Los lectores que están desperdigados en toda la república y que se veían obligados a pagar más por los libros.
Esto propicia una descentralizaciòn. Ya no es necesario comprar los libros en la ciudad de México. Con esta ley existe la certeza de que el libro que se compre en Yucatán tiene el mismo precio que el libro que se adquiere en la ciudad de México o en Tecate, Baja California.
Con esta ley puede iniciar un gran movimiento que permita abrir librerías en muchas ciudades donde no existen.
Acá, en Comitán, es necesario que los encargados del llamado sector "cultura", del ayuntamiento, realicen gestiones para abrir una librería que satisfaga las necesidades de los lectores habituales y promueva el gusto por la lectura en sectores extraviados de este gozo infinito.
En Comitán, ¡todo está por hacerse!