domingo, 7 de diciembre de 2014

LECTURA DE UNA FOTOGRAFÍA DONDE SE VE CÓMO EL TIEMPO CONVIVE CON EL PASADO





Pocos elementos. Un radio del siglo pasado; una piedra pintada por Paty (en el año mil novecientos noventa y tantos), es una catarina; otra piedra sin pintar, una perilla del radio que ya no está en su lugar; y un jaguar de barro (artesanía de Amatenango).
Llama la atención el dial. Tiene nombres de ciudades como La Habana y Santiago. Un poco como para decir que quien juega con ese radio puede, en un instante, trasladarse a puntos distantes.
Hubo un tiempo en que Paty pintó catarinas, muchas catarinas, sobre piedras pequeñas. Una mañana dijo que iríamos a un río a traer piedras y fuimos al lecho de un río que está por Tierra Caliente. Nos bajamos de la camioneta y ella caminó por la orilla y eligió algunas piedras (muchas). Piedras pequeñas y medianas, piedras de río, especiales para pintarlas.
Hubo un tiempo en que este radio de bulbos funcionó y permitió viajar a lugares distantes de Comitán.
¿Y el puma? ¡Porque es un puma! No puede ser otro animal. Aunque en Comitán tenemos confusión respecto a los animales. La leyenda cuenta que un grupo de conquistadores buscó un lugar para edificar una ciudad, la ciudad más bella del mundo, y, en su caminar, halló un león tomando agua. (La leyenda no dice qué pasó con el famoso león, tal vez porque lo importante era hallar un manantial de agua limpia). Así, en el famoso barrio de la Pila se originó la ciudad.
Muchos años después, cronistas e historiadores repararon en el hecho de que la leyenda contaba que un “león” ta ta ta ta ta. ¿Un león? Pues sí, en la fuente del parque central de los años sesenta había la imagen de un león de melena (en correspondencia con la leyenda). Dicho león aún existe en el Tanque de Los Caballos.
Los cronistas determinaron que el “león” era un puma americano, animal que, tal vez, tenía más posibilidad de andar por estos rumbos. ¿Dónde -por el amor de Dios- un león africano?
Esta figura es un prodigio. ¿Ya vieron el detalle de la trompa y de la cara? ¿El cuidado con que está pintado? ¿Saben cuál fue el precio? Ya lo dije: cincuenta pesos; es decir: ¡nada!
¿Cuánto vale la catarina de Paty? Ella no las vende, las regala. Las regala a sus amistades, quienes las reciben con afecto. Hace dos o tres años, Paty regaló una catarina. ¿En dónde está?
En esta imagen hay una confluencia de tiempos: el tiempo del radio antiguo y el trazo de las artesanías más novedosas. Hay algo como un diálogo entre abuelo y nieta; algo como silencio del río y el eco de la rumba y del merengue.
Imagino (sólo imagino) a la abuela sentada en el sillón de ratán. La imagino, a las seis de la tarde, con una taza de café en la mano, mientras el abuelo prende la radio y espera que se “caliente”. Porque los radios de bulbos debían calentarse. (Ah, si los jóvenes supieran de este método y lo practicaran con las muchachas bonitas, otro gallo les cantaría, un gallo más tenue.)
¿Qué oían los abuelos? ¿Alguna tarde sintonizaron la estación de La Habana y soñaron con aquellos mares llenos de estrellas? ¿Alguna vez sintonizaron la estación de Santiago y oyeron un poema de Neruda? Se llaman estaciones porque es el lugar a donde los barcos desembocan. Se sabe que la vida es un camino que tiene mil paradas, mil estaciones. En algunas estaciones hay bancos de madera para sentarse y esperar que lleguen los familiares; en otras sólo hallamos mujeres con canastos donde llevan tortas o tacos suaves para venta.
¿Es un jaguar este jaguar? ¿Puede ser un león? ¿Puede ser pariente del león de La Pila? Es una imagen de barro, pero, por el diseño de su cuerpo, parece que está a punto de dar el salto. Si uno la ve detenidamente observa que su cuerpo está a punto de desenrollar la cola. ¿Serán los puntos lo que hace posible esta visión?
Acá hay una confluencia de tiempos y de épocas. Un puma pintado por una mujer anónima (que cobra cincuenta pesos por la pieza) y una catarina pintada por Paty (quien no vende su obra, la regala). ¿Qué puente une a aquella mujer con la de mi casa?