jueves, 17 de octubre de 2024

CARTA A MARIANA, CON ACTO GENEROSO

Querida Mariana: la UNACH, mi universidad, cumple cincuenta años. Ayer participé en la Feria Internacional del Libro 2024, en la sede Comitán. Un día recibí una invitación: ¿quería participar en la Feria del Libro? Me dijeron que, por primera vez en la historia, en un acto generoso de la rectoría del Doctor Carlos Natarén Nandayapa, esta fiesta de la inteligencia tendría varias sedes y una de ellas sería nuestra Facultad de Ciencias Administrativas, Campus VIII, en Comitán. ¿Mirás? Pucha, qué maravilla. Traerían la Feria del Libro a casa. Acepté, ¡por supuesto! Ayer, a las once con diez minutos, después del acto protocolario de la inauguración, que encabezó la querida Doctora Mary Carmen Vázquez Velasco, directora de la Facultad, participé frente a un auditorio lleno de chicos y chicas universitarias. Presenté, en nombre de mis compañeros de trabajo, el número más reciente de nuestra revista ARENILLA, el que honra la memoria de Rosario Castellanos, en su quincuagésimo aniversario. El ambiente universitario me hizo sentirme en confianza y me atreví a invitar a la audiencia a cantar Las Mañanitas a nuestra universidad, por su cumpleaños y así lo hicimos, ¡ah, fue un instante emotivo! Al final todos aplaudimos y la Doctora Gaby Durán gritó: ¡Viva la UNACH!, y todos coreamos. Ah, fue una gran fiesta. Pero, la foto que anexo es de un tiempo anterior. Acá está mi querido Doctor Marco Antonio Besares Escobar, quien me entrevistó en la serie Memoria 50. Marco Antonio es uno de los grandes intelectuales de Chiapas, con una amplia experiencia en la vaina de la entrevista; ha aportado un abanico amplio en la transmisión de contenidos esenciales para nuestra identidad. Fue un honor platicar con él. ¿Qué es Memoria 50? Es una serie de entrevistas, cincuenta (una por cada año de existencia de nuestra universidad), que son testimonios de ex alumnos y ex alumnas de la UNACH. Los historiadores y cronistas escriben la historia. ¿En qué fuentes encuentran el agua? Ni me preguntés. Nada sé. Pero lo que sí puedo decirte es que una manera de embonar piezas para resolver los crucigramas históricos es a través de testimonios de quienes han vivido las experiencias. Memoria 50 es un recuento de recuerdos de quienes en algún momento pasamos por las aulas de nuestra universidad; es una memoria variopinta, con cinco decenas de gajos de luz. Acepté la invitación para la Feria del Libro porque fue en casa. ¿Qué pasó con Memoria 50? Te lo cuento como pasó, porque es una muestra más de la generosidad de mi Alma Mater. Otro día recibí una llamada de la Doctora Seyma Cruz, directora de la Fundación UNACH. Sí, querida mía, leíste bien, una llamada de la directora de la Fundación UNACH. Otro grandísimo honor. Ella me explicó el proyecto de Memoria 50 y me invitó a ser uno de los ex alumnos participantes. ¡Qué distinción! Pero (ay, Molinari, adónde te vamos a poner), debía viajar a Tuxtla para que el Doctor Besares me entrevistara. Mi querida y admirada Doctora Seyma, le dije, ¿por qué no vienen a mi pueblo? Comitán está hermoso en estos días. Vengan, vengan, insistí, acá les invitaremos un panito compuesto. Dígale al Doctor que acepte venir a mi tierra, él es mi amigo. ¿Qué respondió la Doctora ante tan inusual propuesta? Dijo que lo comentaría con el Doctor Besares, nos despedimos y yo lamenté un poquito ser como soy. Pensé: ¡qué te cuesta, compa, treparte temprano a un ADO e ir a la capital de Chiapas y regresar en la tarde! Pero vos sabés que participé en Memoria 50, el programa ya lo treparon a Youtube, vos ya lo viste. Pues resulta que otra mañana llamó la directora de la Fundación UNACH y me dijo: ¡vamos a Comitán! Ella no lo vio, pero comencé a bailar Catala (como lo hacían los cronopios) y agradecí la generosidad. Y un día vino el equipo de grabación (pura gente profesional), la Doctora Seyma y mi querido Doctor Besares para hacer entrevistas con gente de acá y de allá, porque el comiteco ingeniero Pedro González Vera viajó de Tuxtla a su pueblo, él aprovechó, igual que los amigos y amigas de la Fundación, a probar los riquísimos panes compuestos. Y se cumplió la cita bíblica (¡qué atrevimiento!) Molinari no fue a la montaña, la montaña vino a él. ¿Mirás cómo mi universidad me sigue consintiendo? Durante los cuatro años de los estudios universitarios de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana me aportó cimientos básicos para mi formación intelectual. Ahora recuerdo, así, de manera rapidita, algunos nombres de maestros y de maestras de excelencia, de la Facultad de Humanidades: Elsa María Díaz Ordaz, Fernando, Toñito Durán, José Martínez Torres, Ricardo Cuéllar, la maestra Pechá, el recordado maestro Armando Altamira, Abraham, Venustiano Toledo, Carmen Reséndiz. Hasta ahí llega mi memoria pichancha. Agradecimiento a todos y a todas. Fueron maravillosos docentes y generosos en la amistad. Posdata: vinieron al pueblo para hacer la entrevista. Lo sugerí, puse la decisión en el centro de su corazón y éste, generoso, dijo que sí y fui uno de los cincuenta de la Memoria de la UNACH. ¡Qué privilegio! ¡Tzatz Comitán!