domingo, 20 de octubre de 2024
CARTA A MARIANA, CON UN SOLO DE GUITARRA
Querida Mariana: Joaquín me dijo: Álex deberías escribir un solo para guitarra. No, le dije, no soy compositor musical. ¡Por eso!, dijo y se despidió con una sonrisa enigmática.
Sí, debería escribir un solo para guitarra. Ya entendí. Un día, cuando sea grande seré como Paco de Lucía o, ya de perdida, como Jimi Hendrix. No sé si Jimi o Paco fueron compositores, pero son brutales ejecutantes de la guitarra. La escritura debería ser eso: una ejecución con ritmo excelso. Los más altos poetas ¡lo logran!
Ya entendí lo que Joaquín me deslizó.
Acababa de decírmelo cuando me llegó un mensaje en el WhatsApp, el que te comparto. ¿Es una señal divina?, pensé. ¡No, pero sí era algo relacionado con el tema!
Medio mundo de San Cristóbal de Las Casas y de puntos intermedios conoce a mi amiga Claudia Ponce de León, quien tiene una Academia de Música en aquella bellísima ciudad.
Claudia y Jorge son mis amigos desde hace varios años, ya varios. Jorge es editor, en su empresa Editorial Fray Bartolomé de Las Casas se imprimió la gaceta Kujchil, de feliz memoria, publicación que hicimos en la Dirección de Cultura, en la administración municipal de mi querido y admirado licenciado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, hoy flamante presidente del Congreso de Chiapas; además, varias de mis novelitas han sido impresas en la Fray Bartolomé de Las Casas.
Claudia y Jorge son muy profesionales, excelentes personas.
El 7 de noviembre 2024 celebrarán los cuarenta años de la Academia de Música Ponce de León en uno de los más selectos recintos culturales de Chiapas: el Teatro de la Ciudad Hermanos Domínguez, espacio que en su nombre lleva el símbolo de la llave de sol.
En Comitán el Teatro de la Ciudad lleva el nombre de una zona prehispánica: Junchavín; el auditorio de la UNACH, soberbia sala, se llama Belisario Domínguez; sólo el auditorio del Centro Cultural Rosario Castellanos honra la memoria de músico: Roberto Cordero Citalán, el mítico autor de la famosísima canción “Comitán”.
Los Hermanos Domínguez, todo mundo lo sabe, fueron músicos coletos ampliamente reconocidos en todo el mundo. Alberto Domínguez nació en el mismo pueblo y año donde mi papá nació, su canción “Frenesí” ha sido un hitazo internacional. No lo sé bien, pero alguien me contó que Elvis Presley se aventó una versión de tal canción, ¡Elvis! Pucha, nadita. Bueno, parece que la relación de intérpretes de dicha canción es tan extensa como extensa la siembra de mis amigos Ponce de León, porque me basta mirar hacia atrás y descubrir la siembra de talentos que ellos han propiciado durante cuarenta años. En una ciudad maravillosa, la Academia de Música Ponce de León ha sembrado el gusto musical, gusto que continúa con la tradición de ser cuna de talentosísimos artistas que dejan por lo alto el nombre de Chiapas.
Ponelo en perspectiva, mi niña bonita, pensá en los instantes luminosos que se han dado en salones de la Academia de Música. Pienso en los niños y niñas que por primera vez tienen una guitarra en sus manos, los que tienen una flauta o un ukelele o se sientan ante un piano y sienten una vibración especial que duerme, que espera que ellos y ellas, con sus dedos, despierten los sonidos.
Sí, eso, Joaquín tiene razón, debo procurar hacer un solo de guitarra, escribir un texto que no sólo diga, sino que suene, que las palabras, más allá de sus significados, desprendan sonidos de tal magnitud que baste comenzar a leer para sentir un ritmo especial, espacial.
¡Qué difícil! ¡Qué labor tan compleja! Ahora me siento como un principiante, como el niño que comienza a hacer armonías musicales.
Deberé estar muy atento. No tengo ya dudas acerca del instrumento que elegí desde hace años. No toco piano, ni guitarra, ni batería. Mi instrumento para hacer ritmos es la palabra, con ella, ahora, celebro los cuarenta gloriosos años de la Academia de Música de mis amigos. Felicidades, queridos Jorge y Claudia. Ustedes se han aventado un gran solo de piano y pianola.
Sé que los paisanos de San Cristóbal de Las Casas, siempre cultos, siempre amantes de las esencias nobles y buenas, adquirirán sus boletos para asistir a la gala del 7 de noviembre 2024.
Posdata: el arquitecto Pepe Trujillo, cronista vitalicio de Comitán, quien falleció recientemente, siempre solicitó el cambio de nombre del Teatro de la Ciudad, propuso que el recinto tuviera una cinta de luz unida a la música, que se llamara Isabel Soria, soprano que nació en el pueblo en el siglo XIX y cuentan los historiadores y cronistas fue una destacada cantante que actuó en las principales salas del mundo.
¡Tzatz Comitán!