lunes, 21 de octubre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN COMETA

Querida Mariana: mirá esta fotografía. Pido, por favor, que la veás con atención. Es del cielo comiteco. El fotógrafo (genial maestro de la lente) trepó a la azotea de su casa y tomó esta postal que nos regaló en redes sociales (de ahí la robé). En 2021 Jorge Quevedo nos regaló una toma maravillosa del Cometa Leonard y en este 2024 nos regaló ésta. ¿Ya viste el cometa? Sobrevoló el cielo comiteco y Jorge lo captó. Estarás de acuerdo conmigo que la foto es histórica, es infinita. Gracias a su talento, a su pasión y a su eterna paciencia captó el instante donde el Cometa C/2023 Tsuchinshan-ATLAS fue admirado por mucha gente en el pueblo. La tía Eufrosina decía que su hija Altagracia llegaba a saludarla “cada muerte de un obispo” o “cada que se aparecía un cometa”. Altagracia la abrazaba y decía, riéndose, que prefería el dicho del obispo, porque los cometas sí se presentaban muy de vez en vez. Altagracia tenía razón, mi amigo Jorge Quevedo, el autor de esta foto comiteca histórica me dijo que este cometa, el que acá vemos, regresará a la tierra en ochenta mil años. ¡Recontrapucha! Quise hacer un cálculo para determinar quién de sus nietos (en qué generación) le tocará hacer el retrato del cometa cuando pase por cielo comiteco y no me alcanzaron los dedos y eso que no sólo empleé los de las manos, sino también los de los pies. Ni vos ni nadie de los de estos tiempos lo verá. Por esto, lo que Quevedo nos regaló es un verdadero deleite para el espíritu. Desde acá, desde mi mesa de trabajo puedo decir, gritar: ¡yo vi el cometa del siglo! Lo vi, gracias a la postal de mi querido y admirado amigo, que se trepó a la azotea de su casa para obsequiarnos un instante prodigioso. Ramiro (ah, siempre el Ramiro) cuando le mandé la imagen por WhatsApp, me dijo: “La NASA tiene mejores fotos”. Nada contesté. ¿Qué iba a decir ante comentario tan disparejo? ¡Por supuesto que la NASA tiene fotos mejores, claro que sí! Pero la NASA no tiene una imagen tan afectuosa, como ésta, donde en el extremo inferior aparece parte del caserío de Comitán, arriba el cielo y en medio de éste la cinta de luz del cometa. Tenía razón la Altagracia, los obispos se mueren con más frecuencia, los cometas se aparecen muy de vez en vez, éste volverá a pasar encima de Comitán dentro de ochenta mil años. Ay, Dios, da sarpullido mental sólo de mencionarlo. Pucha, ya miro a tu novio diciéndote: nos vemos dentro de ochenta mil años para mirar el cometa en una zona VIP. Mi amigo Jorge, parece muy seriecito, pero es pueblo, basta ver cómo firma sus obras fotográficas: “Q’Vedo contigo”, es un juguetón, que juega con su apellido y con una frase medio alburera. Quevedo es grande, no sólo el gran poeta, también nuestro artista comiteco. Su tocayo poeta dijo: “Érase un hombre a una nariz pegado”, acá, Jorge es un hombre a una mirada pegada, su mirada es sublime. A mí me encantan los retratos de chicas bonitas, tiene un aura especial para obtener lo mejor de sus personalidades. El fotógrafo me dijo que el cielo de Comitán no presentó en estos días las mejores condiciones climáticas, pero una noche logró esta imagen genial, genial porque, tal vez, digo yo, hubiese obtenido una imagen más nítida sin el reflejo de la ciudad iluminada, pero si no estuviese esa franja inferior, donde el pueblo seguía su labor cotidiana, no tendríamos está crónica sencilla, pero maravillosa del momento en que el cometa del siglo pasó sobre nosotros. La toma está desde la azotea de su casa hacia el oeste. Cuando pasen ochenta mil años los comitecos y comitecas colocarán una placa sobre la azotea de la casa de Quevedo que dirá: “En este lugar, una noche de octubre de 2024, el gran Jorge Quevedo retrató la carita y la cola, enormísima cola, del cometa del siglo”. Posdata: al decir “cometa del siglo” está dicho todo. En lo que resta del siglo XXI no habrá otro fenómeno similar. Alzaremos la vista y veremos lo que siempre hemos visto, pero ya no la estela luminosa de un cometa. El privilegio fue de él, es nuestro. Gracias por el obsequio. Ni la NASA tiene una foto tan cercana, tan afectuosa, tan comiteca. ¡Tzatz Comitán!