domingo, 2 de marzo de 2008

¿Precio único? (segunda parte)


Es bueno que los libros estén en librerías.
La mercadotecnia actual hace que hallemos libros en los supermercados. Al lado de los biberones, de los pañales desechables, de los alimentos para gatos y de los vegetales ¡están los libros!
¿Por qué es bueno que los libros estén en librerías? Porque, parodiando a Jaime Sabines, la lectura sólo se adquiere por contagio.
En los supermercados, el libro es un producto más y, por lo mismo, es un producto ignorado. La gente llega a los supermercados a comprar productos que necesita para su supervivencia diaria. ¿Quién necesita un libro para vivir?
La experiencia de entrar a una librería ¡es singular!
Los encargados de los departamentos en los supermercados ¡no saben! A veces he preguntado algo acerca de un producto y los muchachos (muy bien vestiditos y arreglados) titubean, comienzan a inventar fascinantes historias.
Es bueno que los libros estén en librerías.
En 1999 estuve en Xalapa con el escritor Sergio Pitol. Don Sergio me invitó a visitar la Feria del Libro. Nos paramos en uno de los locales, Pitol saludó al encargado y a dos de los visitantes. Uno de estos, una muchacha como de veintidós años, tenía un libro en la mano, el escritor se fijó en el título, caminó hasta uno de los estantes y tomó dos libros que dio a la muchacha. Con gran conocimiento le hizo una síntesis de ambos. La muchacha estaba fascinada y aceptó la sugerencia de Pitol, ¡compró los tres libros! Sé que todo mundo salió ganando.
¿Por qué cuento esto? Porque es preciso que regrese el tiempo en que los libros eran objetos que estaban al cuidado de gente amante de la lectura.
Sólo quien ama los libros y la lectura puede hacer esa maravillosa labor de contagio.