viernes, 22 de noviembre de 2013

IMAGINÁ QUE TE LLAMÁS POESÍA





Imaginá que sos poesía. Imaginá que la palabra está en tu ser y que sólo espera que un poeta o poetastro arrime el codo y, como si fueses pez, te coloque en un surtidor. Imaginá que te llamás poesía y que poseés el don de conmover a la piedra y de pavimentar los caminos por donde caminan los insaciables y los solitarios.
Imaginá que te encierran en libros para que una mano gozosa te libere y te injerte alas como anclas, como sortijas, como silencios.
Imaginá que los enamorados te usan como trapos nuevos, que te nombran en madrugada y te usan como toalla para limpiar las ventanas de sus calles y avenidas.
Te usarán como puta los borrachos, los arlequines, los ausentes y las mujeres que usan las palabras como relicarios.
Joderán tus madrugadas los que intercambian huesos en cualquier esquina.
Pero, en compensación, los niños podrán jugar con vos, como si fueses una canica o una cuerda para saltar. Las niñas bonitas te colocarán en sus labios y ahí podrás yacer como si tu luz fuese un predio donde los versos florecen como noches de diciembre.
Imaginá que sos poesía y que tus olanes son el rocío para el sueño. A veces te confundirás con los pelotones de murciélagos, los confundirás con los ejércitos de metáforas o de vientos.
No te quejés. Al contrario, da gracias a los dioses por el prodigio de tus dones. No cualquiera posee la Gracia de la palabra que seduce a la escalera o al fondo del barril.
Si lo tomás con optimismo serás la figura central de los recitales y de los encuentros donde los abanicos se convierten en piezas de ajedrez o de dominó. La luz de los reflectores jugará en cada una de tus arrugas y de tus lianas.
El redoble de tu silencio será medido con la misma intensidad con que la piedra mide la lluvia y el agua mide la nube.
Tendrás la oportunidad de elegir qué poesía querés ser. ¿Te gustaría ser un soneto o un poema con verso libre? ¿Te gustaría ser la poesía de Jorge Esquinca o la de Gustavo Ruiz Pascacio? ¿La de Socorro Trejo o la de Marirrós Bonifaz? ¿Te gustaría andar en la penumbra y, de pronto, arder como arde la mano del amante sobre el cuerpo de su amada?
Serás como la tela para el cuerpo, como la ceniza para el fogón. Serás el animal que aúlla cuando el tiempo está en cuarto menguante.
Dejá que jueguen contigo. Dejá que te hagan pedazos los que creen ser poetas y escriben versos que se derriten con la misma facilidad con que se derriten las paletas hechas con agua de mierda. Dejá que los grandes poetas te coloquen en la mirada de todos los muertos y de todos los vivos. Dejate querer, dejate hacer nube, hacer plaza donde la luz, ¡desnuda!, se baña.
Imaginá que sos poesía y poseés la tardanza del encuentro. Imaginá que tu corazón es como una campana que llama a misa, que convoca a la pureza del alba.
Imaginá que sos la ola, el mar, el infinito, el cielo, el ala, la piedra.