sábado, 16 de abril de 2016

CARTA A MARIANA, CON MARIANATECA INCLUIDA



Con un abrazo respetuoso para la familia Robles Gómez,
por la ausencia física de la doctora Carmelita Gómez de Robles.


Querida Mariana: ¿vos sabés qué es la Gaboteca? Pues es la Biblioteca Virtual que contiene información acerca del enormísimo escritor Gabriel García Márquez. Ahora, los estudiosos y amantes de la obra literaria de Gabo tienen información suficiente a la vuelta de un clic.
El gobierno colombiano impulsa el conocimiento de la obra del hijo más universal de Colombia. ¿Mirás lo que acabo de escribir? ¡El más universal de los colombianos! Y vaya que Colombia tiene gente para presumir.
Los artistas son los mortales que están más cerca de la inmortalidad. Ya don Poncho de la Fuente ha mencionado que pocos, muy pocos, recuerdan el nombre del Papa que mandó a pintar la Capilla Sixtina, pero muchísimos saben que fue Miguel Ángel el artista que realizó ese prodigio. ¿Quién recuerda el nombre del gobernante de España en la época de Miguel de Cervantes Saavedra?
Cualquier político podría mencionar el nombre del libertador Simón Bolívar y decir que es el gran personaje histórico de Colombia. No lo creo. ¿Quién en Japón conoce a Bolívar? Pocos, muy pocos. Sin embargo, el nombre del creador de la novela “Cien años de soledad” sí es recordado y permanentemente leído por cientos de japoneses.
Lo mismo sucede, ya te he contado en varias ocasiones, con los nombres de Belisario Domínguez y Rosario Castellanos. Con la pena, en Japón pocos, muy pocos, saben y les importa saber quién fue Belisario; por el contrario, el nombre de Rosario está vigente y así lo estará hasta el fin de los siglos. Por eso, el tío Arsenio, quien es muy respetuoso de las instituciones, siempre que escribe un oficio y debe colocar el nombre de Comitán lo escribe con su nombre oficial: Comitán de Domínguez, pero abajo, entre paréntesis, escribe: “Comitán, antigua Balún-Canán”, porque el nombre de Balún Canán está en la boca de muchísimos lectores en muchísimos países, en todos aquéllos donde la novela de Rosario ha sido traducida.
Hace falta que Comitán haga la biblioteca virtual de la vida y obra de Rosario: la Rosarioteca o Balúnteca.
Anexo a esta carta una fotografía de la portada que aparece en la traducción árabe de “Cien años de soledad”. ¿Ya miraste cuál es la ilustración? Es un fragmento del mural pintado por Diego Rivera. Cualquier lector latinoamericano puede, perfectamente, preguntar: “¿Qué tiene que ver “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” con “Cien años de soledad”?”.
¿Qué tiene qué ver la Catrina, Posada, Frida y demás personajes de la historia de México con las genialidades del viejo Melquiades y los sueños de vuelo de Remedios la bella?
En Arabia desconocen mucho de lo nuestro y viceversa. Los sueños de los hombres y mujeres de todo el mundo y de todos los tiempos ¡son los mismos!, pero cada pueblo tiene su modo de matar las pulgas y de impulsar sus sueños.
En la Gaboteca hallé esta portada que te anexo y encontré una historia bien bonita, que apuntala esa idea de que desconocemos mucho. ¿Sabés cómo escribieron en portada el nombre del autor de “Cien años de Soledad”? Lo escribieron así: “El marqués Gabriel García”. ¿Mirás? Pensaron que su apellido Márquez no era tal sino era un título nobiliario. ¡Ah, qué prodigio! Algo que tiene mucho que ver con el Realismo Mágico.
Hace falta crear la “Balúnteca”, la que recopile toda la información de los cientos y cientos de textos que se han escrito acerca de la vida y obra de Rosario Castellanos. Debemos ser humildes y reconocer que nos hace falta mucho para abarcar el mínimo conocimiento de la paisana, que igual que su colega Gabo, puso en alto el nombre de esta tierra.
Me topo, de vez en vez, con personas que están hasta la coronilla de escuchar el nombre de Rosario Castellanos, preguntan si no hay más personajes en esta tierra. Parece que no hay más, por el momento no hay más. Cada vez que alguien interioriza en el pensamiento de Rosario encuentra más vetas para investigar y estas vetas abren nuevos caminos para hallar luz, no sólo para iluminar su rostro de tiuca insatisfecha, sino para iluminar la conciencia de nuestra sociedad.
Ahora se habla mucho del feminismo. Bueno, sería correcto reflexionar en la tesis que presentó para obtener el Master en Filosofía: “Sobre cultura femenina”. Ahora se habla mucho de la inclusión de los grupos indígenas, excluidos desde siempre. Bueno, sería deseable estudiar qué dijo esta mujer que, en novelas y cuentos, abordó el tema de la cultura indígena de nuestros pueblos. ¿Por qué el pensamiento de Rosario y no otro? Bueno, habrá que recordar que muchos críticos literarios (en un exceso, hay que admitirlo, pero con bordes cercanos al hecho real) dicen que la escritora más grande de México es Sor Juana y a continuación colocan a nuestra Rosario. ¿No es esto suficiente?
Rosario tiene muchas afinidades con Gabriel García Márquez. En realidad todos los escritores se mueven en aguas que los mojan de igual manera, pero Rosario es muy cercana a Gabo, porque ella también privilegió el periodismo como un acto importante de su creación literaria. Hay muchísimos escritores (pedantes, pedorros) que no escriben periodismo cultural porque lo consideran un género menor. Pobres, pobres pedorritos. ¿No les bastaría reconocer que Rosario y Gabo, la enorme Rosario y el enormísimo Gabo, escribieron reflexiones inteligentes en las páginas de los periódicos a fin de llegar a sectores menos pretenciosos? ¿Nunca han reflexionado en el hecho de que los lectores de libros son muy inferiores a los lectores de prensa? Yo creo que lo que sucede es algo muy sencillo: el periodismo exige una disciplina. ¿Cuántas columnas culturales escribió Rosario? La recopilación de sus artículos periodísticos se ha impreso en dos libros gordos, bien gordos. ¿Y la obra periodística de Gabo? ¡Uf! Sus columnas culturales han sido recopiladas en cuatro libros gordísimos, ballenísimos.
El periodismo exige un talento especial que no todos desarrollan. Por ello, Gabo y Rosario son grandes entre los medianos; es decir, ante los demás compas que no escriben en periódicos porque consideran que es un género menor, ante sus pretensiones superiores.
Algunos argumentarán que Gabo no es el más universal de los colombianos; otros se rasgarán las vestiduras y dirán que Rosario no es la comiteca más universal. Muchos pronunciarán los nombres de la cantante Shakira; de Botero, pintor de gordas; de Higuita, portero celebérrimo; del cantante Juanes o, ya lo dije, del libertador Simón Bolívar. Pero, ¿quién recordará a Shakira dentro de cincuenta años? Sólo los jóvenes de hoy que serán los viejitos de ese tiempo. En Comitán, ¿quién más universal que Rosario? ¿Belisario Domínguez? No, en Japón no lo mencionarán, como sí seguirán pronunciando (saber cómo se oirá) el nombre de Balún-Canán. A veces a mí me da ganas de decir que nací en Comitán, antigua Balún Canán, pero, hay cuestiones oficiales que es difícil cancelar, porque ¿quién soy para andar restando méritos al más grande héroe civil de esta patria?
Sofía, esta mañana, cuando le comenté lo de la Gaboteca y lo de la Balúnteca dijo que sí, que Comitán debía crear una biblioteca virtual con la vida y obra de Rosario y, siempre simpática, siempre flor de tenocté, dijo: “Que se llame Chayoteca”, pero no estuve de acuerdo, porque, seguro que muchos periodistas pensarían que ahí era el lugar para pasar a cobrar sus “Chayos”, ya mirás pues cómo somos los comitecos.
Pero entonces pensé que yo, en homenaje permanente a tus líneas de luz, debía crear la Marianateca, el lugar donde todos tus admiradores puedan hallar información acerca de tu vida y de tu obra. Todos los que me preguntan ¿Quién es Mariana?, ya no tendrían impedimento alguno en conocer los entretelones de tu vida, pero ¿qué tanto te dejarías? ¿Permitirías que el mundo reconozca esos hilos con los que bordás los puentes más tenues pero más soberbios? Gabo, sin alimentar su egoteca de manera chocante, logró que ahora el mundo se rinda ante su genio. Hubo un día que miles de lectores lo empujaron a ese escalón primo de la soberbia y de la altanería que se llama fama. Vos sos humilde, vos sos como un gajo de viento sin nombre rimbombante. Tal vez entonces peco de grosero al proponer la Marianateca. Tal vez deba hacerlo, pero sólo para que vos y yo naveguemos por ella, porque, como decía Julio Cortázar: “Acá los juegos”, acá y no allá.

Posdata: En el mural, Diego se pintó como un niño. Frida, adulta, aparece detrás de él, como si lo protegiera. ¿Quién protegió a Rosario niña? ¿Quién a Rosario desvalida? ¿A Rosario frágil? ¿A Rosario aire tirada en el piso?