miércoles, 23 de agosto de 2017
CARTA A MARIANA: DONDE SE CUENTA CÓMO TÍO JUL SIGUE PRESENTE
Querida Mariana: Ronaldo me contó que en Brasil dicen: “Voy a sacar una Xerox”, cuando van a sacar una copia fotostática. La marca es tan poderosa que sustituye el nombre del acto. Bueno, en México también tenemos algunos ejemplos de ello. Cuando alguien quiere un pañuelo desechable pide un kleenex; y, de igual manera, cuando una muchacha bonita busca una toalla sanitaria pide un Kotex. El otro día oí que Juan ofrecía a Ramón una cola. Yo me sorprendí al instante. Creo que Juan también porque preguntó si era cola de muchacha bonita o de una vieja. ¡No!, dijo Juan y mostró el envase de una coca cola.
El otro día pasé por una tienda de abarrotes y llamó mi atención el anuncio que decía: “Hoy, taquitos estilo Tío Jul y pan compuesto”. Pan compuesto es el nombre genérico de la maravilla gastronómica de este pueblo, pero lo de tacos estilo Tío Jul es algo que mueve a reflexión. No hay (yo no lo encuentro) otro platillo comiteco que tenga tal poder; es decir, que se identifique a través del nombre de su “creador”. Y lo entrecomillo porque no sé si tío Jul fue el creador de esos tacos que ahora llevan su nombre. Lo que sí nos queda claro a los comitecos es que tío Jul fue quien dio a conocer tal exquisitez en este pueblo.
Un día llegó tío Jul e hizo famosos los huesos y los tacos. Los huesos son los chamorros de otros pueblos y los tacos son tacos que, en lugar de tortilla hecha con harina de maíz, están hechos con tortillas hechas con masa de maíz y que están rellenos de frijol molido y regados con una salsa roja hecha con chile ancho, piloncillo y vinagre. Raúl Trujillo dice que no le gustan esos tacos, que incluso son antiestéticos, porque no tienen la forma casi perfecta de los tacos dorados o de los tacos suaves. Los tacos estilo “tío Jul” son panzuditos porque la masa es gruesa. Los extremos de dichos tacos son como culito de gallina, porque quien los prepara los dobla a fin de que el relleno no se salga. Entonces, los tacos estilo tío Jul son, si se les ve desde un extremo, un poco shelitos. Juana dice que esos tacos no son más que chinculguajes alargados. Sí, pero no. Los tacos tienen un sabor diferente, especial. El secreto debe estar en la masa.
¿Algún otro platillo comiteco lleva el nombre de su “creador”? No conozco algún otro. En ningún restaurante he escuchado que alguien pida tamales estilo doña Lupita o enchiladas estilo tío Chilo. ¡No! Este privilegio sólo le corresponde a tío Jul, porque, hay que remarcarlo, los tacos que él “inventó” no sólo se venden en la lonchería que sigue siendo atendida por sus descendientes, ¡no!, sus tacos se venden en otras loncherías que se piratearon (en buena hora) la receta. Lo insólito es que en la lonchería Tío Jul no los ofrecen como tacos estilo tío Jul como sí sucede en otras loncherías o en la tienda que hallé el letrero. En la lonchería tío Jul se da por descartado que esos tacos son la creación de él.
En muchas loncherías del pueblo venden panes compuestos y huesos (también, en buena hora, se piratearon la receta) Los huesos de tío Jul llevan picles (muy comitecos), la salsa roja ya mencionada y tostadas. ¡Ah, son una delicia! En esos lugares ya no estilan decir que venden huesos “estilo tío Jul”. Ya no. Le han restado el privilegio. Pero, los tacos que son hechos con masa de maíz sí deben decir que son tacos “estilo tío Jul” para que los comensales hagan la distinción.
Poco a poco tío Jul (maravilloso personaje de este pueblo) va acercándose al lugar donde Xerox y (perdón) Kotex tienen el privilegio. Algún día, alguien dirá “Comí un tío Jul” y el amigo sabrá que el fulano comió un hueso o un taco.
Tío Jul fue un personaje mítico. Llegó a Comitán y nos hizo conocer lo que acá no era común. Ofreció los huesos (ya dije que son los clásicos chamorros), y los comitecos, siempre ingeniosos, dijeron que esos huesos eran huesos de tío Jul. Si Tim Burton, famoso director de cine, conociera la historia vendría a Comitán, así como fue a Guanajuato a conocer el museo de las momias. Vendría a ver por qué los habitantes de este pueblo sensacional son felices comiendo huesos de tío Jul. ¿Cómo es posible que un pueblo sea feliz comiendo huesos de un señor?
Así pues, también los tacos, que no eran tacos comunes, de los que acostumbraba cenar la gente de acá, se llamaron tacos de tío Jul y con ese nombre han pasado a la posteridad. Tío Jul está a un paso de ser una marca con peso como Xerox o como…
Posdata: Cuando querás te invito a cenar unos taquitos estilo tío Jul. Cuando iba a la cenaduría de tío Jul, más que los panes compuestos, más que las chalupas, más que los huesos, más que los tacos, más que el panitel, me gustaban los tamales de azafrán. Sé que tío Jul no inventó los de azafrán, pero, en los años sesenta no había restaurante en toda la región que los prepara con la riqueza y la sazón que le imprimían doña Caritina y tío Jul. Creo que fue lo único que desapareció. ¡Qué lástima!