miércoles, 30 de agosto de 2017

CARTA A MARIANA, DONDE SE HABLA DE UNA SITUACIÓN SIN CONDICIONES




Querida Mariana: En el Youtube ya está disponible el tráiler de “Los adioses”, cinta de Natalia Beristaín. En dicho tráiler se advierte que la película está basada en “la extraordinaria vida de Rosario Castellanos”. En inglés el título es “The eternal feminine”, que alude a una obra de teatro que Rosario escribió. Pareciera que el título en inglés va más acorde con la personalidad del personaje. Los que saben (los expertos que han estudiado la obra o los lectores o quienes, ocasionalmente, han visto la obra en escena) comentan que “El eterno femenino” trata el tema del androcentrismo. ¿Qué? Busqué en un diccionario la palabra y me dijo que es: “Colocar al varón en el centro de todas las cosas”. ¡Ah! Ahí le entendí. Si alguien puso en el centro de su vida al varón ¡fue la Chayo! ¡Y de qué manera! En el libro “Cartas a Ricardo”, el lector encuentra la síntesis del amor incondicional que Rosario profesaba por quien luego fue su esposo. Yolanda usaba el término “amor cachetero” cuando se refería a una persona que andaba “cacheteando el pavimento” por otra. Yolanda decía que esa clase de amor no era amor porque era indigno. Yolanda insistía en que el amor no debe esclavizar. Pregunto: ¿Rosario amaba de manera indigna? ¿Andaba cacheteando el pavimento por Ricardo? Uf, ¡qué fuerte! Sobre todo si pensamos que a Rosario se le muestra como paradigma de la mujer precursora del feminismo. Parece que ella fue muy teórica pero poco práctica, jamás aplicó en su vida personal lo que pregonaba en público; es decir, no fue una mujer congruente y esto (perdón) la coloca en entredicho, porque si algo es digno de elogio en el comportamiento de una persona es ¡la congruencia! Rosario, parece, no fue una mujer congruente. La mujer racional se vio supeditada por la mujer pasional. ¡Ay, Rosario!
Aún no hay fecha de estreno de la cinta. Algunos comentan que, tal vez, la premier se dé en Comitán. El productor consideró que podía ser un buen inicio de circuito. Pero, por lo que se ve en el tráiler, la película aborda, sin cortapisas, ese amor desmesurado, ese amor “cachetero”; es decir, en la cinta los espectadores presenciaremos una pasión desmedida, un amor sin condiciones, de esos que son capaces de llegar a lo indigno con tal de conservar el amor del varón. ¿Esto es congruente con el pensamiento filosófico de nuestra paisana?
En el tráiler aparece Rosario diciendo: “Si me dices llueve ¡está lloviendo!”. Cuando lo escuché no pude menos que recordar ese ejemplo indigno de subalternos cuando el gobernador pregunta: “¿Qué hora es?” y el servil responde: “Las horas que usted diga, señor”. ¡Qué indigno! ¡Qué comportamiento tan cachetero!
Cachetear el pavimento es estar con la mejilla pegada al suelo, es estar tirado en el piso, casi confundido con la tierra. Ella, mujer hecha de nubes, aparecía enlodada en cuestión de amores. ¿En qué momento su voluntad cesó ante el ideal masculino? ¿Y sus ideas de liberación femenina en dónde quedaban?
Sólo como un ejemplo, niña mía, transcribo una línea de una carta de Rosario a Ricardo: “Escríbame una tarjetita a Roma… Será como un vaso de agua a un sediento”. En el contexto de la oración, la palabra “escríbame” contiene una súplica, la misma palabra pierde su gallardía y se convierte, igual que su autora, en una palabra cachetera; una palabra que, en lugar de volar, casi se arrastra. ¿Y qué agregar ante la siguiente línea: “Será como un vaso de agua a un sediento”? ¡Nada! Nada puede agregarse.
Los comitecos acudiremos a la sala para ver la película que se basa en la “extraordinaria vida de Rosario Castellanos”. Iremos, querida Mariana. Iremos aun cuando sabemos que nada “extraordinario” hallaremos. Hallaremos la vida común de miles y miles de mujeres incapaces de asumir una posición digna ante la relación de pareja. ¿Qué dirán las jóvenes que hoy luchan por evitar colocar al varón en el centro de todas las cosas? ¿Qué dirán esas jóvenes que en sus discursos de equidad ponen a Rosario como ejemplo de precursora del feminismo?
Rosario, parece, no es ejemplo de vida. Sus lectores reconocen la importancia de su obra literaria. A mí, por ejemplo, me gusta su novela “Balún-Canán”, y me seducen sus ensayos publicados en periódicos, pero no encuentro algo atractivo en su comportamiento como mujer. Llegó (ella lo supo y no tuvo el valor de enfrentarlo) a niveles indignos en su relación con Ricardo.

Posdata: No me hagás caso, pero no creo que la película sea soberbia. Los comitecos iremos porque habla de nuestra célebre paisana y porque en la cinta aparecen escenas grabadas en Campumá, en el Parador Santa María, en Chucumaltic y en el parque de La Pila. Iremos porque reconoceremos esos lugares y reconoceremos a nuestra Rosario, pero espero que ninguna de las espectadoras se reconozca en esa vida amorosa tan cachetera, tan arrastrada.