lunes, 26 de noviembre de 2018

EL JUEGO DE BELISARIO DOMÍNGUEZ




¿Ya vieron la fotografía? ¡No ésta! Por favor, vean la fotografía que estuvo expuesta la tarde en que, por iniciativa ciudadana, Comitán celebró los cuatrocientos noventa años de su fundación. La fotografía expuesta es obra de Toño Aguilar (quien aparece en esta fotografía). En el pueblo todo mundo sabe que nuestro paisano Toño es uno de los grandes fotógrafos de México. ¿Ya hicieron favor de ver la fotografía que él tomó? En primer plano está la estatua del doctor Belisario Domínguez y en el fondo aparece un mar de nubes. La fotografía es sensacional. La tarde que el Senado de la República quiera ilustrar de manera digna algún libro debe comprar esta fotografía para usarla como portada, digo, para que la imagen del doctor Domínguez recupere su sitial de honor y para que se reconozca el trabajo de este genial artista comiteco.
Esa tarde de celebración aproveché que el autor de la fotografía estaba en el lugar donde minutos después se inauguró la muestra y le dije que jugáramos tantito, le dije que se parara al lado de su obra y que imitara la pose de Belisario. Toño, siempre tomando la vida con su mejor rostro, se paró junto a su fotografía y colocó su brazo derecho sobre el pecho y soltó el brazo izquierdo, con la misma actitud de la estatua, estatua que acompaña a los comitecos desde los años sesenta. Los jóvenes ven esta estatua en el inicio del bulevar, en la entrada a Comitán desde San Cristóbal, pero no saben que, al principio estuvo en el parque central.
Como esa tarde era tarde de fiesta, Toño tiene como fondo una reja de papel de china. ¿Ven que ese es el juego que le propuse a Toño? En la fotografía que él tomó el fondo es un rebaño sublime de nubes, acá, en esta fotografía, hay un tapiz de papel de china.
Como todo juego, la sencillez va más allá del mero entretenimiento. Las nubes de Comitán también están hechas con papel de china, con el papel que los comitecos emplean para hacer “rejas” cada que celebran un cumpleaños.
Esa tarde se celebraba el cumpleaños cuatrocientos noventa de la fundación de Comitán. Para celebrarlo, la iniciativa ciudadana, presidida por Antonio Zamudio Blanco y María de Jesús Coutiño Vázquez, y apoyada por el senador Eduardo Ramírez Aguilar, organizó una serie de actos, en las que estuvo presente la reafirmación de la identidad comiteca.
Acá, en este juego con el fotógrafo Toño, él imitó la pose del doctor Domínguez. No fue un simple juego. El juego pretende ir más allá. ¿Imaginan que, sólo como juego, todo mundo de Comitán se parara junto a la fotografía de Toño e imitara la pose de don Belisario? Que todos, niños, adolescentes, adultos y viejos, imitaran, de principio, la forma en que el doctor Domínguez se enfrentó a los avatares de la vida cotidiana. Don Belisario fue un mártir, pero antes que eso fue un humanista. La historia recuerda los instantes gloriosos en que el médico preparado en París se brindaba en cuerpo y alma a los más pobres de sus paisanos. Don Belisario fue un médico humanista, comprometido con su profesión y consciente de que su presencia hacía mucho bien a su pueblo.
¿Imaginan qué sucedería si comenzáramos un homenaje permanente a la labor humanitaria del médico Domínguez? Esto significa colocar el puño derecho sobre el pecho, como si hiciéramos un pacto con nosotros mismos y con el pueblo y prometiéramos ser humanistas.
¿imaginan que, con esa pose, recordáramos el legado del héroe comiteco y nos apropiáramos del mensaje en que sugirió que cada uno de nosotros haga lo que le corresponde a fin de salvar a la patria?
El juego de Belisario Domínguez invita a tomarnos la foto al lado de la foto de Toño (bien de manera real o de manera imaginaria) para rescatar el legado de don Belisario. Después de todo, lo sabemos, la patria se salva por la acción modesta que realizan sus hijos, día a día. Por fortuna, en este pueblo muchos juegan el juego de Belisario, cada día cumplen sus labores con responsabilidad y con ello contribuyen a que Comitán recupere la dignidad que le corresponde.
Toño jugó el juego, porque todos los días él cumple con su oficio de manera encomiable. ¡Que todo mundo juegue el juego de Belisario y coloque la mano derecha sobre el pecho y jure que amará y trabajará por dar luz a la patria común! Comencemos, sólo como mero juego.